¿QUIÉN TIENE MÁS DERECHOS..?
En opinión de Lorena Elizabeth Castillo
Cuando hablamos de perspectiva de género, se alude a una herramienta conceptual que busca mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres se dan no sólo por su determinación biológica, sino también por las diferencias culturales asignadas a los seres humanos.
Por otra parte, la igualdad de género, además de ser un derecho humano fundamental, es imprescindible para lograr sociedades pacíficas, con pleno potencial humano y capaces de desarrollarse de forma sostenible. Además, está demostrado que el empoderamiento de las mujeres, aunque a muchos siga sin gustarles este concepto, estimula la productividad y el crecimiento económico.
Lo contrario es la discriminación contra la mujer que viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana, dificulta la participación de la mujer, en las mismas condiciones que el hombre, al igual que en la vida política, social, económica y cultural de un país determinado.
Una vez hechas las anteriores consideraciones, cabe aquí la pregunta a modo de reflexión: ¿Quién tiene más derechos el hombre o la mujer? Es necesario apoyarnos en cifras para dar validez a enfoque cuantitativo, para que no se trate de una pregunta meramente retórica.
Según el informe del Banco Mundial titulado “La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022”, alrededor de 2,400 millones de mujeres en edad de trabajar no tienen igualdad de oportunidades económicas, mientras que en 178 países continúan con barreras legales que les impiden participar plenamente en la economía. En 86 países, las mujeres enfrentan algún tipo de restricción laboral, y 95 países no garantizan la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor.
En otras palabras, a nivel mundial, las mujeres todavía acceden a sólo tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres, lo que se traduce en una puntuación total de 76,5 sobre 100 puntos que indicaría la existencia de una paridad jurídica incompleta.
Con este bagaje de cifras advertimos que hoy por hoy, es necesario ampliar nuestra visión global de lo mucho que nos falta por avanzar en materia de derechos humanos con perspectiva de género, para obtener resultados en el ámbito local e inmediato, como lo es el municipio.
Como se puede advertir, desde el Instituto de la Mujer de Cuernavaca (IMC), la administración municipal ha puesto a la cabeza de sus prioridades las políticas públicas que cierren las brechas, entre los derechos de los hombres y los derechos de las mujeres, hasta avanzar en la práctica cotidiana de erradicar los antiguos privilegios de la obsoleta masculinidad hegemónica.
La tarea es ardua porque implica aspectos estructurales educativos, culturales y ancestrales, lo cuales no son un obstáculo, para que en este 2022 que termina, y en los próximos dos años, habremos avanzado en la tarea de asentar un precedente: que en Cuernavaca ya no haya un derecho por encima de las mujeres, sino la convicción social del pleno ejercicio de los derechos humanos para todas y para todos.