Pospandemia
En opinión de Mirna Zavala
Con la declaración de fin de la pandemia los mexicanos sin duda, recuperaremos la confianza y la certidumbre para continuar con nuestra vida, nuestras actividades y proyectos, quizá no con el dinamismo y el ritmo que llevábamos, pero sí con la dedicación y esperanza de continuar con el tren de vida llevando. Seguro las medidas sanitarias nos llevaron a realizar cambios en nuestro estilo de vida, muchos de los cuales persistirán ya que, finalmente, nos hicieron conscientes de tomar con mayor seriedad, por ejemplo, nuestra salud, nuestro tiempo, nuestras relaciones.
No es que el contagio se haya terminado, nos dicen los expertos y la autoridad mundial que debido a su tendencia decreciente, la mayor inmunidad y la disminución de la mortalidad, para quedar como una endemia. En suma, los casos seguirán, pero habrán de ser menores los riegos de fallecimiento y mayores las posibilidades de enfrentarlos con éxito. Coloquialmente, la población se refiere a que se trata de una “gripe” más. Con los mismos argumentos en nuestro país se declaró el final de la pandemia.
Tan pronto se hicieron tales anuncios, “todo mundo” está impulsando el desuso del cubrebocas, signo más evidente del temor, la prevención, precaución o simplemente la costumbre, como respuesta a la normalización.
No es raro, tal como ocurrió al comenzar la pandemia, que escuchemos infinidad de mitos, prejuicios o razones, tanto a favor como en contra, respecto a lo anunciado. Las actitudes anti y pro pandemistas permanecen y con ellas el debate intrafamiliar y oficinista nos acompañará un tiempo más.
Esta semana celebramos el día de las madres, por primera vez luego de tres años de pandemia, y pude observar en distintos lugares esta paradoja práctica del anuncio finpandémico: personas con cubrebocas y sin él, otras usando gel, otras no, negocios que mantiene los contenedores de gel y meseros o despachadores en tiendas y restaurantes con cubrebocas. Como decía, la pospandemia tendrá sus propios ecos, ritmos y narrativas, lo realmente importante es que el pasado miércoles celebramos a nuestras madres como no lo hacíamos en los últimos tres años, las pudimos abrazar, besar y platicar sin la barrera del cubrebocas, nuestras emociones por fin tuvieron rostro y se pusieron al descubierto sin el incómodo cubrebocas. Extiendo una sincera y afectuosa felicitación a nuestras queridas mamás morelense.
MIRNA ZAVALA