Plagiarían un autobús con rumbo a Tepoztlán
Cuautla, Mor.- Un posible secuestro se suscitó en una unidad de transportes de pasajeros de la empresa Pulman de Morelos, que salió desde la terminal de Tepoztlán con rumbo a la Ciudad de México. Se sabe que, por al menos, unos siete hombres fueron los causantes del ilícito.
Momentos de terror e incertidumbre vivieron pasajeros de la unidad 2711, alrededor de las 10:25 horas.
El autobús, relataron varios pasajeros que viajaban en él, iba casi hasta “el tope”, entre hombres, mujeres y niños, cuando fue desviado con rumbo desconocido.
La mayoría de ellos logró comunicarse con sus familiares y amigos vía Whatsapp, quienes, a su vez, contactaron a la Guardia Nacional, que se dio a la tarea de ubicar el paradero del camión, para que lograran interceptarlo.
Lo más raro, indicaron, fue que luego de ser liberados y detenidos los presuntos secuestradores por parte de los agentes de la Guardia Nacional, el autobús siguió su ruta.
Conforme al relato de algunos usuarios, el autobús, luego de salir de Tepoztlán, se dirigió a la autopista Cuautla-La Pera; después de 20 minutos, el operador del autobús se percató de otra unidad de color verde, parada en el acotamiento de la carretera, por lo que se detuvo. Descendió y dialogó con alrededor de 20 personas.
Según mencionaron, la acompañante del chofer les comunicó que los sujetos querían que se bajaran de la unidad y se cambiaran a otro camión, como vieron que no había respuesta de los pasajeros, 13 de los tipos descendieron. Sólo se quedaron siete, quienes, de igual manera, sin decir una palabra, obligaron a desviarse.
“La chica de la empresa de autobuses nos decía que no tenía idea de qué pasaba, que era un secuestro, que se han dado algunos casos. La gente comenzó a entrar en pánico, el camión venía lleno; exigimos que nos dejaran bajar, pero los hombres no hablaban con nadie, no decían nada”.
Indicaron que hasta donde pudieron ver, los individuos no estaban armados: “eso parecía”, la gente estaba “muy nerviosa”, por lo que empezaron a comunicarse con familiares: “fueron más de 30 minutos de pánico, de miedo, de terror, lo que vivimos todos los pasajeros, mujeres, niños y hombres”.
Después de ese lapso, pudieron ver que patrullas de la Guardia Nacional interceptaron la unidad, obligaron al conductor a detenerse, sin decir nada: “simplemente nos fuimos, como si nada hubiera pasado”.