Observador político - Regidores de Cuernavaca
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
El 2019 sin lugar a dudas ha sido y será para el presidente municipal
de Cuernavaca, Antonio Villalobos Adán, de grandes e importantes retos porque tuvo que enfrentarse al poder estatal, derivado de la negativa a reconocerle su cargo dentro de la comuna capitalina. Por lo tanto, estos últimos 10 meses de este primer año, quizá fueron los más difíciles de su trienio. Nadie debe recordar que tuvo literalmente que esconderse ante las amenazas contra su integridad y la de su familia, de las que fue objeto. Aguantó y al final se defendió de todos estos intentos por evitar que llegara a tomar posesión y luego, intentaron impedir que gobernara sin lograrlo.
LOS BENEFICIADOS.- Sin embargo, de toda esta caótica situación política que
vivió de forma impresionante el alcalde capitalino, a quienes les cayó como anillo al dedo aquél adagio popular que reza: “a río revuelto, ganancia de pescadores”, fueron sin lugar a dudas los regidores. Sí, estos dizque representantes populares son los que directa e indirectamente aprovecharon la situación para aprovecharse y por tanto, quienes sacaron raja política de la ocasión. Es decir, los regidores de los diferentes partidos políticos quienes antes que pensar en el alcalde, en sus representados o en Cuernavaca, primero vieron la forma de cómo colocar en espacios importantes a sus familiares, amigos y sus allegados. Por ello, ejercieron presión al inicio del año para obtener esos perversos beneficios personales a cambio supuestamente de permitir y contribuir con la gobernanza de la ciudad.
Los regidores hoy en día, salvo sus honrosas excepciones, se han convertido en los “mini diputados”, porque solo ven por ellos, sus familias y sus amigos sin importarles atender y resolver los problemas que padecen a quienes dicen representar en sus respectivas colonias y poblados. Por ello, no es raro que actualmente estén tan desprestigiados porque sirven para maldita la cosa y al final, solo el dinero en grandes cantidades puede calmar su apetito voraz y ofensivo que han mostrado en menos de un año.
IRVING MORALES Y ULISES VARGAS.- Por un pelito o más bien por un voto de diferencia, Ulises Vargas Estrada al igual que Irving Morales, le arrebataron “democráticamente” el triunfo y con ello la regiduría en Cuernavaca por el PRI y PSD respectivamente tanto a la priista Claudia Anette Martínez Lavín y Amalia Fernanda Celis Bolaños, del Socialdemócrata. Y aunque parezca increíble, la paridad de género se les revirtió a las mujeres ya que dos varones quedaron en el lugar de las damas que lucharon hasta el final sin que vieran satisfactorias sus argumentos.
Lo cierto, es que estos dos regidores han sido fuertemente señalados por el trabajo realizado a lo largo del presente año. El primero, aprovechando la débil figura de su presidente estatal del CDE del PRI, Alberto Martínez González, quien está más preocupado por seguir “nadando de a muertito” y evitar su destitución que exigirle a su
único regidor que cumpla con los estatutos y la directriz del partido. El regidor Irving, más preocupado en ensalzar una figura actualmente casi inexistente como sucede con Amado Orihuela Trejo, ex candidato a la gubernatura, el mismo que se ha dedicado a todo menos a atender a sus representados. Y sin saber en dónde anda ni que hace, protagónico
como él solo, ha solicitado se le ponga un guardaespaldas, quien lo cuida y acompaña como si fuera su dama de compañía por donde quiera que anda las 24 horas.
Y es que mientras la inseguridad hace de las suyas en la capital y la gente en general tiene que enfrentar con el “Jesús en la boca”, los altos índices delictivos, este personaje demuestra que el miedo no anda en burro y sin saber que hacer realmente de su actividad, cuenta ya con su respectivo guarura que lo único que hace es exhibirlo porque ante una grave situación de inseguridad en la entidad y la capital en particular, utiliza los recursos del pueblo para traer protección personalizada y garantizar así su integridad. Si el guardaespaldas que trae lo pagara de sus ofensivos y onerosos salarios, nadie diría nada. Lo malo, es que el pueblo le paga sus caprichos.
ULISES VARGAS.- El regidor que desde que era menor de edad ya tenía una plaza de maestro en el SNTE sin dar clases solo por el respaldo de su padre, quien fue dirigente de ese sindicato tan desprestigiado por este tipo de acciones y actitudes legaloides, llegó al Congreso del Estado en calidad de suplente de Francisco Santillán Arredondo, del
PANAL, y cuando se fue cómo secretario del trabajo en el gobierno de Graco Ramírez, asumió la titularidad de la diputación y en automático, como chorrillo, votó todas las iniciativas, leyes y reformas que le ordenaban sus jefes los del PRD. Poco le importó acabarse su escaso crédito de decencia que tenía con tal de beneficiarse económicamente de los acuerdos de la considerada –aún- peor legislatura de la que formó parte. Para nadie es un secreto a voces los cañonazos que supuestamente recibieron de dinero por atender las demandas y exigencias de los gobernantes perredistas. Posteriormente los acuerdos, le permitió trazar la alianza para ir por la regiduría que la alcanzó gracias a los hermanos Roberto y Julio Yáñez. Sin embargo, esa ambición por el dinero y los negocios fáciles no se le olvidan, menos los deja a un lado. Por lo que intentó una concesión al interior del Ayuntamiento de Cuernavaca, para poner un restaurante que estaba ya “cocinándose”, aunque al final se le cayó el negocio que traía entre manos.
Por lo pronto, el alcalde Antonio Villalobos, consideró que es viable la instalación de un restaurante o cafetería al interior del ex hotel Papagayo, con la única intención de otorgar la atención que demandan en ese sentido los trabajadores y visitantes. Sin embargo, reconoció que ya no será para el regidor Ulises Vargas. Reconoció que existe la posibilidad y que está en análisis, la viabilidad de otorgar la concesión para que se otorgue el servicio siempre y cuando represente algún ingreso para el Ayuntamiento, pero dejó en claro que ya no será para el regidor Ulises Vargas, “pero es un supuesto en el que de momento se dio marcha atrás por la serie de ataques de denostación que causó”, argumentó. Lo cierto, es que Villalobos Adán, comentó que será prudente con este tema porque se trata de dignificar a los propios trabajadores del municipio apegándose incluso, a los lineamientos que marcan las normas de derechos humanos, que de ocurrir se descartaría la participación de organizaciones internas como los sindicatos y regidores.
Empero, la propuesta sigue en pie. Todo estaba acordado para que este negocio que literalmente era suyo, lo tenía y al final, lo dejó ir.
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