Observador político - ¡Ante inseguridad, edil de Huitzilac como el avestruz… esconde la cabeza!
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Como ya es costumbre, el joven político Rafael Vargas que cobra 85 mil pesos mensuales como alcalde de Huitzilac volvió a esconderse y hacerse “ojo de hormiga”, en temas verdaderamente relevantes como fue el operativo que recientemente llevó a cabo la Fiscalía General de la República (FGR) que además de asegurar y desmantelar cinco centros de almacenamiento y transformación de madera, se puso al descubierto la omisión o complicidad de las autoridades municipales en este espinoso asunto.
ACTITUD PROTAGÓNICA.- El puberto alcalde priista de Huitzilac utilizó sus redes sociales y su área de comunicación para tratar sin lograrlo, de fortalecer su imagen a través de shows políticos tan sólo semanas después de haber tomado protesta como edil; avisó con bombo y platillo que acudiría al Congreso, para presentar una queja en contra de su antecesor Ulises Pardo de Morena. Ha transcurrido un año de su administración y no ha presentado los elementos jurídicos suficientes ante la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción de Juan Salazar Núñez para que no solo se le investigue si no se le sancione al exmunícipe. Solo fue un acto de protagonismo al que está acostumbrado al inexperto político Rafael Vargas.
Para nadie que viva en Morelos se le hace extraño que uno de los municipios de más alta incidencia delictiva es el hermosísimo Huitzilac, que pese a todo, sigue siendo favorecido por sus bosques y La Laguna de Tzempoala, aunque tristemente el propio alcalde del Revolucionario Institucional, Rafael Vargas ha conminado a propios y extraños para evitar cruzar por esta zona -particularmente de noche- debido al riesgo que representa para todos aquellos ciudadanos que osan pasar por este lindo lugar, sobre todo, por las bandas criminales que asolan a las personas que por diversas circunstancias tienen que recorrer estos caminos.
Es más fácil para la autoridad municipal pedir a la gente que ya no cruce o circule por estos caminos que implementar operativos coordinados con la federación y el estado para detenerlos y erradicar este mal; pero no, eso es prácticamente imposible para ellos y la ausencia por visitar estos maravillosos lugares es lo más viable para que no se cometan delitos de alto impacto como suele ocurrir de manera constante y permanente con indefensas personas que desconocen la situación real que se vive en la zona alta de Morelos.
El folclórico alcalde Rafael Vargas esconde la cabeza como los avestruces cuando de problemas serios se trata. Un ejemplo de ello, los hechos en marzo pasado cuando dos de tres hombres que fueron reportados como desaparecidos en el poblado Fierro del Toro, en Huitzilac, aparentemente por un conflicto de tala de árboles y que provocó el bloqueo de la carretera federal y la autopista México-Cuernavaca por varias horas, y que posteriormente, fueron encontrados sin vida en el pueblo de Parres, en Tlalpan en la Ciudad de México. Del caso no se sabe ya nada.
¿OMISIÓN O COMPLICIDAD? México y Morelos están viviendo historias de sangre y en la entidad varios municipios como Huitzilac ocurre lo mismo, en gran medida por los grupos criminales que dedican a la tala de árboles y saqueo de tierra, provocando dudas entre los habitantes quienes consideran que o hay omisión o complicidad de las autoridades municipales para permitirles que estén trabajando de forma ilícita durante el día, tarde y noche sin que sean molestados.
En razón de ello, tuvo que intervenir la Fiscalía General de la República (FGR) que aseguró y desmanteló cinco centros de almacenamiento y transformación de madera, conocidos como aserraderos los que operaban con total normalidad y complacencia del alcalde Rafael Vargas que jamás hizo nada por cerrarlos. Al final, hizo bien, no quiso meterse en problemas con los talamontes en detrimento del ambiente y ecocidio de la zona y del pueblo.
El operativo todo hace indicar fue sorpresivo, es decir, ni siquiera se enteraron las autoridades del Ayuntamiento quizá para evitar que chivatearan con los malosos, logrando con ello resultados importantes al asegurar 243 piezas de madera en rollo, 7.46 metros cúbicos de madera en escuadrilla, cinco torres de aserrío y seis motores trifásicos; asimismo, 42 sierras cintas, seis rieles, dos motosierras, cuatro camionetas de tres y media toneladas, así como un camión de carga, cinco inmuebles y documentación diversa.
Los años pasan, administraciones municipales van y vienen y sigue predominando la tala de árboles como una de las actividades productivas de forma ilícita más recurrentes en Huitzilac, quizá por la integración de diversas familias de la zona que han hecho suya esta forma de vida por lo que muchas veces, los operativos del gobierno federal han concluido en bloqueos de carreteras, calles y autopistas hasta enfrentamientos a balazos.
Es muy común los enfrentamientos entre pobladores con policías e incluso, hay quien asegura que son los talamontes quienes tienen el control político del Ayuntamiento de Huitzilac y su alcalde en turno, es solamente uno más de sus empleados. Una investigación de la federación sería saludable para evitar que sigan atentando contra el pulmón que representa aún el bosque de este maravilloso y mágico municipio.
Solo a manera de ejemplo, durante el operativo que implementó en días pasados la Fiscalía General de la República en Huitzilac participaron en la diligencia la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA); la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), el Ministerio Público de la Federación y la Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Personas y Órganos (UEITMPO), sin embargo, ninguna autoridad de estado ni del ayuntamiento. ¿Cuál habrá sido el motivo? ¡queda a la reflexión!
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