¡Me dueles México! - Fallas Estructurales
En opinión de Alicia Vázquez Luna
Sorprendidos por la información que el New York Times publicó sobre las fallas estructurales que se encontraron como resultado del peritaje de la línea número 12 del metro de la CDMX ¿no lo sabían?
En todas las obras a lo largo y ancho del país, siempre han existido esas fallas estructurales. No hay peor ciego que el que no quiere ver, recita un dicho bien dicho.
Basta recordar el socavón de Morelos sobre el supuesto “paso exprés” que no tiene nada de eso, hay ocasiones que es peor viajar por esa vía que por las tradicionales. Por cierto, que corta memoria tenemos, nadie recuerda esa tragedia ni parece que hayamos aprendido nada de ese desafortunado acontecimiento. Seguimos corriendo a toda velocidad por esa vía carretera y nadie se detiene a pensar si hay otras fallas estructurales. Ese puente trasmina agua pluvial, cada paso de un automóvil cimbra las patas de elefante hasta percibirlo en la carretera que esta por debajo; los políticos solo gritan justicia cuando hay desgracia, mientras tanto nadie exige una revisión.
Esta la obra de enfrente denominado el “puente que no llega a ningún lugar” la supuesta vía que debe conectar a Temixco hacia toda esa zona habitacional de casas de interés social Campo Verde entre otras. Ahí esta desde el sexenio de Marco Adame y vamos por el tercer sexenio y no se mueve ni un tabique, menos rinden cuentas de toda la inversión, nadie dice nada. Tal parece que las fallas estructurales están en los cerebros de todos los ciudadanos.
Le siguen los puentes tan viejos como su servidora o quizás más…puente de la barranca de Amanalco, el puente de Calzada de los Reyes, el puente de Lomas de Ahuatlán, el puente del Túnel, el Puente 2000, el Puente Cuernavaca, el distribuidor de la avenida Emiliano Zapata, no recuerdo algún alcalde que haya ordena una revisión estructural o mantenimiento alguno. Más trabajo para el alcalde electo de Cuernavaca José Luis Uriostegui, para que después no estemos lamentando desgracias anunciadas. Porque al final todo se avientan la bolita como ocurre en la CDMX los ingenuos creen que así bajaran a Marcelo Ebrard de la candidatura, ésa solo se la quita el presidente Andrés Manuel López Obrador, que gane ¿quién sabe? la moneda siempre en el aire, eso solo lo define la estructura de cada partido y la compra de consciencia social. Que dicho sea de paso “vende su amor al mejor postor y estratega, el día de la votación”
Dentro de todas las construcciones que son obra pública tenemos como muestra las grandes fallas estructurales en la Torre de Seguridad Pública que esta sobre la autopista, desde el temblor dejo prácticamente de operar, debido a que no fue una edificación con los materiales adecuados, como tampoco en el lugar indicado porque no es suelo firme es barro. Ahí quedó la gran inversión que se puede contabilizar en millones, tampoco nadie pide se rinda cuentas sobre estas fallas de estructura, diseño etc. Me recuerda la gran frase del pueblo Romano “pan y circo” después el pueblo apacigua sus ánimos de encontrar explicaciones de parte de las autoridades y sigue sin pasar nada, pueblo desmemoriado.
Estamos pendientes sobre la paja ajena y no pensamos que en Morelos nos puede suceder, se olvida que ya sucedió en el paso exprés o paso de la muerte. ¿Qué necesitamos para tomar consciencia? ¡Otra desgracia para que los actores políticos tengan la posibilidad de resurgir de su enconchada trinchera y revivir en el contexto político, seguramente eso esperamos!
Hablando de fallas estructurales tenemos aquellas que provocan la inseguridad:
Pobreza
Falta de oportunidades (laboral, educativa)
Marginación, desigualdad.
La pobreza viene incrementándose en el país, las políticas públicas se centran en darle dinero a los pobres, so pretexto de que es suyo. No, no es solo suyo ¡es de todos! Tal parece que no entendieron que a los mexicanos no se les debe dar el pescado, sino enseñarles a pescar.
Por cierto, ¿ya rotularon su número de placa en el toldo de su vehículo?
¡Señor, líbrame de los p… mis enemigos…amén!