Lenin Moreno, el «sátrapa» del Ecuador
En opinión de Carlos Morales Cuevas
Como todos, o casi todos sabemos, Ecuador ha sido un volcán activo en los últimos días y, las principales calles de aquel país, escenario de legítimas protestas en contra de la traición de Lenin Moreno a su pueblo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) acordó con Moreno que, el gobierno que este último encabeza, obtendrá créditos por US$4.209 millones en tres años, de los cuales US$900 millones ya fueron entregados; esto a cambio de un plan de austeridad que dio inicio el pasado 02 de octubre en Ecuador. Y, a pesar de lo ridículo que pudiera escucharse, el FMI, en colaboración Lenin Moreno, han logrado romper varias barreras invisibles pero reales que hay entre el pueblo ecuatoriano; y es que, se veía complicado que el pueblo se unificara para usar la misma voz; mas hoy, gracias a ellos, esa unificación es una realidad. El pueblo se ha unido para protestar en contra de tan retrógrado contubernio, firmado en marzo pasado.
Ahora bien, entre los platos rotos que debe pagar el pueblo ecuatoriano están: la contribución especial a las empresas con ingresos de más de US$10 millones al año, la baja de salarios en hasta un 20% en contratos temporales del sector público; la reducción de vacaciones de 30 a 15 días para empleados públicos y, el aporte de un día de salario mensual, así como la eliminación de subsidios a los combustibles; es decir, el aumento al precio de éstos en hasta un 123%. Luego de liberado el nuevo precio de los combustibles, el galón de gasolina extra, que es la menos refinada y la más consumida por los ecuatorianos, pasó de costar US$1,85 a US$2,30 y, el galón de diésel pasó de US$1,08 a US$2,27.
Como era predecible, iniciaron las protestas el 03 de octubre; primero fueron los transportistas y, de manera casi inmediata, se adhirieron colectivos de estudiantes, sindicatos, profesionistas, artistas, mujeres y, obviamente, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), que fue constituida en 1986 para “consolidar la lucha de los pueblos indígenas por la tierra y los recursos naturales, por la igualdad y justicia social, contra el colonialismo y el neocolonialismo representado por las empresas transnacionales en territorio indígena, para construir una sociedad intercultural promoviendo la participación en el ejercicio de la democracia representativa con el fin de descentralizar el poder y los recursos económicos”.
En respuesta a estas protestas, Lenin Moreno declaró el estado de excepción en todo el país, lo cual significa que, se vuelve legal el uso excesivo de la fuerza; y, esto, como se ha repetido ya en varias escenas de la historia, puede llevar al asesinato, desapariciones forzadas, tortura, encarcelamiento y, violación de los derechos humanos en general, en contra de cualquiera que no esté de acuerdo con las medidas neoliberales que ha tomado el ejecutivo. Según la propia Constitución de Ecuador, el presidente puede decretar el estado de excepción en el caso de “agresión o conflicto interno”; y esta medida le permite, entre otras cosas, establecer zonas de seguridad, disponer el empleo de las fuerzas armadas y de la policía nacional, así como censurar a la prensa.
Por cierto que, por su parte, los medios de difusión masiva, hacen el juego al gobierno y se apegan al papel “que les corresponde” dentro de las guerras de cuarta y quinta generación. Nos repiten hasta el hartazgo las mismas imágenes, con los mismos personajes, las mismas voces; siempre, salvo honrosas excepciones, con una línea editorial que tiende a defender los intereses de quien ostenta el poder. Una línea editorial que criminaliza las protestas y minimiza las agresiones de toda índole contra el pueblo.
Sabemos que, puede haber múltiples realidades, esto dependiendo según la ciencia desde la cual intentemos abordar dicha “realidad”; sin embargo, en una guerra de cuarta o quinta generación, como las que podemos ver en la mayoría de los medios de difusión masiva, la realidad no tiene ningún valor; de hecho, para esos medios, simplemente no existe. Y es por eso que muchos de los movimientos sociales, siguen peleando la distribución equitativa de las frecuencias de radio y televisión entre los sectores: público, comercial y popular; sin embargo, las batallas mediáticas reales se dan ahora en el escenario de la internet, lugar que se dice, es plural y democrático. Empero ¿Quiénes son los dueños de Apple, ¿Google, Microsoft, Amazon, Facebook, etc.? Es decir, ¿Quiénes los dueños del balón y, por ende, los que ponen las reglas del juego?
A lo largo de la historia, muchos movimientos sociales o revolucionarios, se han planteado la toma del poder; el derrocamiento de un gobierno a través de las armas o, incluso, de protestas pacíficas; y se han cosechado frutos del sacrificio de una infinidad de personas que han entregado su vida a transformar este mundo en algo mejor. Sin embargo, en la agenda de esos movimientos, no está, aún, o por lo menos no de forma visible, ostentar el poder del Big data, de los algoritmos, de la inteligencia artificial; gobernar la internet. Quizá sea momento de plantearse una guerra en similitud de circunstancias, y no intentar pelear con arcos y flechas en contra de las TIC, que constantemente están armadas con desinformación y terrorismo mediático.
En fin, Lenin Moreno ha intentado culpar de su propia incapacidad para gobernar, al expresidente Rafael Correa, o incluso al presidente venezolano, Nicolás Maduro; y trasladó la sede de su gobierno a Guayaquil; por el temor, dicen, de que las protestas pudieran derrocar al gobierno que él encabeza. Hay que recordar que, en la historia reciente de Ecuador, una movilización protagonizada por indígenas en 2005, a la que se sumaron otros sectores, denominada la Rebelión de los forajidos, terminó con la salida del entonces presidente, Lucio Gutiérrez; y, cinco años antes, el otrora presidente Jamil Mahuad fue derrocado un día después de decretar “la dolarización del país”. Al igual que ahora Moreno, Mahuad había tomado drásticas medidas económicas como la elevación del precio de los combustibles y el congelamiento de los depósitos en la banca, el llamado “feriado bancario”.
Este sábado fue declarado un toque de queda desde las tres de la tarde y hasta las tres de la tarde del domingo 13 de octubre. Ya hay varias vidas que se han perdido en este conflicto, cientos de heridos, y más de un millar de encarcelados. Al parecer las protestas seguirán y la represión también; ojalá y la dignidad del pueblo ecuatoriano salga victoriosa, como lo ha hecho antes ya en varias ocasiones y, Lenin Moreno tenga un lapsus de lucidez y presente su renuncia a la presidencia del Ecuador.