Las cuotas de género como un espejismo para el acceso a la vida política en México.
En opinión del Dr. Hertino Avilés Albavera.
Este 2023, el Estado de México y Coahuila llevarán a cabo la elección de su nuevo gobernador, siendo estas elecciones las que prepararan el escenario previo al 2024.
En el 2024, México llevará a cabo la elección de su nuevo mandatario y con ello el cambio de gobierno en diversos Estados de la República Mexicana.
Es por ello que debemos destacar que en últimos años, ante las reformas a la Ley Electoral, y a una nueva visión jurídica con perspectiva de género y Derechos Humanos se ha consolidado la figura de las cuotas de género como una medida que busca garantizar el acceso de las mujeres a la vida política del país, ello asignando un porcentaje reservado para el género femenino en los puestos de elección popular.
Es de subrayarse que esta es una medida compatible con la Constitución, los instrumentos internacionales y las resoluciones de los mecanismos internacionales de protección de Derechos Humanos, ya que mediante estas acciones se garantiza que un grupo de población que ha sido históricamente discriminado y violentado pueda participar en actos que tienen repercusión en su vida cotidiana.
Así mismo, la realidad en México, es que la participación de las mujeres en la vida política es cada día más aceptada, y encontrar a una fémina en un cargo de elección popular es más común día con día.
Esta situación ha ocasionado un punto de encuentro entre la población y actores políticos, en los cuales existe oposición bajo el argumento que esta medida disminuye la capacidad de quienes ocupan un cargo, ya que no se basa en las capacidades si no en el hecho de pertenecer a cierto género.
Causando con ello, una resistencia de parte de los grupos de poder, los cuales se integran y se han encontrado constituidos en su mayoría por hombres, quienes ante la negativa de perder sus privilegios y estatus se valen de diversas estrategias de hecho y de derecho para conservar así su situación, afectando el resultado de tal mecanismo.
Siendo muchos los casos de mujeres que son obligadas a participar en contiendas electorales para que posteriormente renuncien a su cargo dejando en el mismo a hombres, o en su caso aquellas que si ocupan los cargos representativos son coaccionadas para llevar a cabo las acciones que le impongan los grupos de poder.
En este sentido, es de resaltar que para los informes del Instituto Nacional Electoral, Comisiones de Derechos Humanos y Mecanismos Internacionales de protección de Derechos Humanos demuestran la efectividad de las cuotas de género, no obstante, distamos de obtener una igualdad sustantiva y una plena participación activa de las mujeres en México, convirtiéndose las cuotas de género en un espejismo que en fachada sirve para coronarse como un país incluyente, y en la realidad continua excluyendo a las mujeres.
Lo anterior es así, puesto que los partidos políticos para poder lograr cumplir con las cuotas de género ponen como suplentes a las mujeres, cuando en la mayoría de los casos quienes presiden las contiendas electorales son hombres.
Si bien es cierto, el Estado Mexicano ha buscado garantizar la plena participación de las mujeres en la vida política, no menos cierto es, que la violencia de genero sigue siendo un problema que persiste en México.
Esperemos que en las próximas elecciones veamos a más mujeres compitiendo por los puestos de elección popular y no solo como un espejismo de los partidos políticos para lograr posicionarse.