GUERRA NATURAL
En opinión de César Daniel Nájera Collado
Aquel día de 1974 parecía como cualquier otro. La relativa calma parecía duradera, pero vería su fin cuando ocho integrantes del clan Kasekala se adentraron en tierras enemigas. Ahí, un querido miembro Kahama sería emboscado, y sin poder hacer frente a la multitud, moriría después de terribles heridas.
Tal evento daría inicio a un conflicto que se prolongaría durante cuatro años, donde los Kasekala acecharían a cada uno de los terratenientes del clan rival, esto en un intento de exterminar la estirpe Kahama para siempre. Después de varios operativos bélicos fructíferos, los asesinos lograron su cometido, adueñándose del poder de la zona. Esto fue especialmente significativo para Humphrey, quien terminó con la vida de sus antiguos contrincantes al poder, Charlie y Hugh, cuyo reto supuso la creación de ambos clanes que antes fueron uno.
Al final de la guerra, los Kasekala le perdonaron la vida únicamente a adolescentes Kahama con las que podrían ampliar su descendencia, y así, perpetuar un dominio totalitario.
A la mente nos podrían llegar varios conflictos más atroces de la historia humana. Sin embargo, este evento tiene una particularidad: los protagonistas no fueron humanos, sino chimpancés. Así, los investigadores comenzaron a hacerse una pregunta: ¿será que los primates estamos predispuestos a la violencia, y que todas las guerras humanas también han sido producto de nuestra mera naturaleza violenta?