Éste es el cuernavaquense, Omar García Harfuch

Pese a su juventud, el morelense víctima de atentado, tiene larga trayectoria... y acusaciones

Éste es el cuernavaquense, Omar García Harfuch

Con noticias de que aún permanece en el quirófano el secretario de seguridad de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, víctima de un atentado esta mañana (con saldo de 3 personas muertas), aquí se destacan aspectos relevantes de su trayectoria.

García Harfuch, de 37 años, es originario de Cuernavaca, e hijo y nieto de dos personajes vinculados con actos de represión en la historia del siglo 20. Él mismo, además, en algún momento fue relacionado con el caso Ayotzinapa y presuntamente investigado por el gobierno de Estados Unidos.

Antecedentes personales y familiares, publicados por El Regional el pasado 6 de octubre, cuando fue nombrado en el cargo que actualmente ostenta y que seguirá encabezando (según anunció hoy la jefe de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum), revelaban entonces preocupantes señalamientos sobre su figura como, de hecho, lo acusaron los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en 2014.

En 2016, el morelense fue nombrado titular de la Agencia de Investigación Criminal de la entonces PGR. Llegó a sustituir a Tomás Zerón, señalado por “truquear” pruebas en el caso Ayotzinapa. No acababa Harfuch de acomodarse en su nueva silla, cuando se supo de una libreta de Sidronio Casarrubias, líder de Guerreros Unidos, relacionado con la "Noche de Iguala", donde aparentemente éste se mantenía en contacto con Omar García. 

Las quejas de los padres de familia de las víctimas mortales de Ayotzinapa no prosperaron en ningún sentido, para que se investigara el nivel de involucramiento en aquel emblemático caso, del funcionario víctima del atentado de este viernes. Tampoco se supo nunca sobre alguna investigación que se haya llevado a cabo para confirmar o desmentir la relación entre el mando policíaco y uno de los presuntos culpables de la masacre, como exigían los padres de los jóvenes.

La revista Proceso recordó en octubre del año pasado que, desde 2009, García Harfuch y 11 agentes de la Policía Federal (PF) fueron investigados por el gobierno de Estados Unidos "por presuntas labores delincuenciales o al menos irregulares, de acuerdo con un cable divulgado por Wikileaks".

En información oficial, posteriormente, se reconoció que efectivamente esa investigación del gobierno vecino había tenido lugar, pero sólo como un protocolo para que pudiera el señalado participar en un curso sobre manejo de pandillas, realizado en Estados Unidos.

El 15 de junio de 2019, 4 meses antes de llegar a encabezar la seguridad en la capital del país, García Harfuch fue nombrado jefe general de la Policía de Investigación y coordinador de Inteligencia del Gabinete de Gobierno y Seguridad de la Ciudad de México, cargo previo al que hoy ostenta.

En lo publicado en estas páginas en octubre de 2019, se destacaba que el nuevo funcionario nombrado entonces por Sheinbaum, llegaba ajo la sombra de su padre, madre y abuelo:

"Sus antecedentes, además, van acompañados por los de su padre y abuelo, de los cuales el destacado funcionario no tiene responsabilidad alguna, pero tampoco lo ayudarán dadas las actividades represoras que identificaron a ambos. Asimismo, un incidente con su madre lo puso en la mira de críticas periodísticas y políticas.

"El abuelo fue  Marcelino García Barragán, gobernador del estado de Jalisco y secretario de la Defensa Nacional de 1964 a 1970. Evidentemente, se trata del responsable del Ejército en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el 2 de octubre de hace 51 años, casi exactamente. Esa marca indeleble en el personaje no se borrará nunca, pese a que el juicio general, entre historiadores y protagonistas de los hechos, coincide en una actitud un poco menos criminal y salvaje entre los soldados, frente a aquélla de los policías judiciales federales en aquella negra noche.

"El nombre de su padre, sin duda, más famoso que el del abuelo, puede poner nervioso a más de alguno de quienes padecieron la persecución oficial en la década de los 70: Javier García Paniagua. Es uno de los nombres oscuros durante la llamada Guerra Sucia de esos años, cuando miles de perseguidos terminaron encarcelados, golpeados o desaparecidos. De 1976 al 78, fue el titular de la desaparecida y temida Dirección Federal de Seguridad, dependencia de la Secretaría de Gobernación, configurada como la policía política del Estado y encargada de la persecución oficial en contra de quienes eran considerados enemigos del régimen priista,

"Y si dichos antecedentes no fuesen suficientes, también lo persigue una acusación de 2013 cuando, en septiembre, fue acusado de utilizar una aeronave de la PF (helicóptero oficial) para traer a su madre, la actriz María Sorté, cuando el huracán Manuel azotó Acapulco, donde ella se hallaba en esos momentos, según refirieron en su momento medios locales. El señalamiento nunca fue investigado, probado o desmentido".


A Omar García se le han reconocido, en este primer año de gestión en cuestiones de seguridad en la capital, distintas detenciones de líderes de poderosos grupos criminales. Entre otras, la de Jorge Flores Concha, "El Tortas", líder de La Anti-Unión y Pedro Ramírez Pérez, "El Jamón" integrante de La Unión Tepito.

García Harfuch es actualmente, de la misma manera, coordinador de Inteligencia del Gabinete de Seguridad local en la CDMX.

Entrevistado por el periodista Juan Lagunas, sobre lo destacado por El Regional el año pasado, el actual primer visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, José Martínez Cruz, opinó que la designación de Omar Hamid García Harfuch (de origen morelense), como titular de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México iba en detrimento de las indagaciones de los 43 desaparecidos, en el caso Ayotzinapa, y que ello contribuiría a la “impunidad”.

En su entonces cargo como vocero de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, Martínez Cruz añadió: “todos los antecedentes de Harfuch indican que el papel desempeñado en Guerrero, aunque es originario de Morelos, vinculado a ese actos, que todavía no se cierran, por la desaparición de los 43, no es para festinarse”.