Escala de Grises - Adopción temporal

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Adopción temporal

Desde que inició la campaña electoral para la gubernatura de Nuevo León, los medios de comunicación y la opinión pública han posado sus ojos en las actividades encabezadas por Samuel García y Mariana Rodríguez; quienes ocupan los cargos de gobernador del estado y titular de la oficina “Amar a Nuevo León”, respectivamente.

A lo largo de su carrera política, ambos han aprovechado la mínima oportunidad para acumular vistas, especialmente en sus cuentas de Instagram, espacio en el que la funcionaria se ha esforzado por mostrar gran parte de su labor cotidiana. Giras por el estado, pláticas con las adolescentes que permanecen en las instalaciones del DIF, convivencias con menores de edad, donaciones e interminables juntas en las que se define el futuro de “quienes más lo necesitan” forman parte de su feed.

El pasado fin de semana, la relevancia mediática del matrimonio sampetrino se disparó. A través de sus plataformas digitales, la también empresaria informó que —bajo el título de un “permiso de convivencia familiar temporal”— un menor de edad custodiado por el Centro de Asistencia Social “Capullos” pasaría un par de días en su casa.

Como siempre, la opinión pública se dividió entre aplausos y abucheos. Las redes sociales estallaron y el estruendo no solo se limitó a compartir tuits al respecto. Organizaciones como la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el Sistema Nacional Para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) se unieron a la conversación.

Mientras el DIF Nacional aseguró que realizará las investigaciones y aplicará las acciones correspondientes a lo ocurrido en casa de la pareja, la REDIM expuso su preocupación por la exposición constante del menor (cuyo nombre no será mencionado en este espacio). Además de su rostro y su nombre, Mariana Rodríguez también ha expuesto los diferentes problemas de salud que el niño enfrenta a sus cinco meses de edad.

A pesar de que Rodríguez Cantú argumentó haber solicitado un “permiso de convivencia familiar temporal”, lo establecido por el DIF no concuerda. Según la institución, dicho permiso solo puede ser tramitado por familiares directos de los menores en custodia, con el objetivo de que no se fracturen los vínculos establecidos.

Como puede darse cuenta, no hay una justificación válida para el egreso del menor de edad. A pesar de las evidencias, hay quienes decidieron comprar boletos para el espectáculo y apoyar las acciones del matrimonio en cuestión con frases como “están haciendo mucho por la niñez, ¿qué hacen quienes critican?”, “qué trabajo tan admirable”, “esto no lo había hecho ningún otro gobierno”… Bueno, no lo había hecho ningún otro gobierno porque resulta que no se puede.

Por si fuera poco, el domingo por la tarde, Mariana Rodríguez subió una serie de historias en las que se podría observar perfectamente su llanto, pues [en sus palabras] regresar al menor de edad a Capullos había sido muy difícil, después de un fin de semana perfecto. Más allá de preferencias políticas y de si usted simpatiza o no con los contenidos de ambos personajes (la elección de esa palabra no fue coincidencia), hay cuestiones que no podemos perder de vista.

Aunque las acciones de Mariana Rodríguez y Samuel García tuvieran como eje su buena voluntad, su gran corazón y su amor por las infancias (tal como aparentan), sus pasos fueron un error constante. En su afán por presumir el compromiso que tienen con la población vulnerable del estado y mostrar su altruismo, evidenciaron una falta de empatía gravísima, especialmente cuando lo que se busca es “representar” a la ciudadanía. Me explico.

La facilidad con la que García Sepúlveda y Rodríguez Cantú lograron un contacto tan cercano con el menor de edad representa una agresión directa a todas aquellas parejas que buscan adoptar y deben esperar años para tener una convivencia así de íntima. También demostraron la facilidad con la que pasaron por encima de la ley, pues ni siquiera cumplieron con los protocolos establecidos por el sistema.

Por otra parte, el menor en cuestión estuvo constantemente expuesto en las cuentas de Instagram de Mariana Rodríguez y Samuel García, quienes suman 3.3 millones de seguidores en dicha plataforma. El derecho a la intimidad y a la protección de datos personales se vulneraron en todo momento, lo que (como sostuvo la REDIM), va en contra de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

Otra cosa importante: No existen las adopciones temporales. La revictimización del niño con el fin de ganar popularidad, votos y credibilidad por parte de la comunidad atenta contra sus derechos como individuo. Porque hay que recordar que les niñes tienen derechos, aunque resulte un poco contradictorio decírselo al tres veces doctor. En fin.

Vulnerar la integridad de las infancias es una situación tan grave como preocupante y esta no es la primera vez que Mariana Rodríguez lo hace. En diferentes ocasiones, a través de sus historias de Instagram, con el afán de demostrar que está trabajando por el bien de Nuevo León, ha compartido las historias de adolescentes embarazadas, algunos de los regaños que ha encabezado como presidenta del DIF Nuevo León, etc.

Abordemos la situación a un nivel particular. ¿Qué consecuencias podría sufrir el menor en cuestión? ¿Cuáles son las implicaciones a nivel psicológico y emocional, principalmente? ¿Cómo puede afectarle cambiar de entorno y de rutina de manera tan abrupta? ¿Quiénes son las personas encargadas de valorar su bienestar y de aprobar este tipo de “convivencias”?

Porque, según la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PFPNNA), los requisitos, además de la solicitud, contemplan una valoración de la idoneidad, una certificación de las personas solicitantes, la asignación del menor y una supervisión permanente durante el acogimiento. Ninguno de esos pasos fue completado por el matrimonio… ¿Será que no subieron historias a Instagram de todo el proceso?

¿Nos tomamos una foto?

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