DELAY | La música de un mago

En las penumbras que pintan al horizonte de obscuro color, se dibuja una clara silueta perteneciente al navío triunfante, surgiendo con gran heroísmo del olvido, acompañado de la más bella y mágica música que jamás se ha escuchado. Orfeo, creador de la armonía, canta con su prodigiosa lira, convirtiéndose en guía de la travesía de viento y marea, con virtuoso equilibrio en el brío reflejante, como fino conspiro el suspiro se vuelve suyo. Y con su poderoso canto, entre el azul de las olas, el camino le pertenece.

Orfeo es un transcendental personaje, considerado uno de los poetas y músicos más importantes de la antigüedad. Hijo del Dios de la música y las artes, Apolo, y de la musa Calíope. De origen tracio, pionero de la civilización, responsable de enseñarle a la humanidad el arte de la medicina, la escritura y la agricultura. Además de haber inventado la cítara, incorporó dos cuerdas más a su lira, obteniendo una lira de nueve cuerdas en honor a las nueve musas (Calíope: musa de la elocuencia, belleza y poesía épica; Erato: musa de la poesía lírica – amorosa; Euterpe: musa de la música; Clío: musa de la historia, “La epopeya”; Melpómene: musa de la tragedia; Polimnia: musa de los cantos sagrados; Urania: musa de la astronomía; Terpsícore: musa de la danza; Talía: musa de la comedia). Es posible que su aprendizaje en el arte del canto lo haya aprendido de la propia naturaleza, generando así una talentosa comunicación con ella hasta el punto de alterar leyes naturales. Bien se sabe que esto es una influencia chamánica en el mito de Orfeo, ya que los chamanes son capaces de influir en la naturaleza y comunicarse con ella a través del arte musical. También se sabe que podía hablar con los dioses, implementando un lenguaje mágico llamado “el lenguaje verdadero” o “divino”, lenguaje capaz de ejercer su poder sobre la esencia de lo nombrado. Como un claro ejemplo de esto, podemos ver el caso en que desciende a las profundidades del inframundo para salvar a su amada Eurídice. La leyenda cuenta que Eurídice había visitado a sus compañeras ninfas y cuando regresaba a la corte, se encuentra con un cervatillo que perseguía un cazador, negándose a decirle la dirección hacia la que ha corrido su presa, el cazador enfurece y muestra ser Aristeo el dios de los cazadores, entonces le pide un beso a la ninfa para sentirse menos descontento, por lo que ella se niega y huye de él, pero en la persecución Eurídice es mordida por una serpiente y muere. Consternado, Orfeo lamenta amargamente la pérdida de su amada y canta tristes canciones que hacen llorar a las ninfas y a los dioses, por lo que estos le aconsejan descienda al inframundo en su búsqueda. Sin dudarlo, Orfeo navega el mar Jonio y llega al río Estigia donde Caronte espera con su barca para transportar a los muertos al otro lado. Con su canto y su lira, conmueve a Caronte, quien acepta llevarlo al inframundo donde lo espera Cerbero, el guardián de las puertas al Hades y quien también sucumbe a los cantos de Orfeo. Una vez que llega con Perséfone, esposa de Hades, logra que Eurídice regrese al mundo de los vivos, pero con una condición; si Orfeo regresaba la mirada antes de salir por completo del inframundo para ver si su esposa lo seguía, Eurídice volvería al Hades y no regresaría nunca más. Orfeo acepta y se reúne con su amada, enfrentando entonces su salida del Hades a través del lago Estigia y un estrecho pasadizo que los lleva de nuevo a tierra. A pesar de que Orfeo se siente tentado muchas veces a voltear para ver si de verdad lo seguía su esposa y no había sido un engaño por parte de Perséfone dejando un demonio siguiéndolo, resiste y cuando él sale del Hades voltea para ver a su esposa a la que aún le faltaba un paso para salir por completo del inframundo para llegar a la luz del mundo de los vivos, desvaneciéndose frente a él, Orfeo pierde para siempre a Eurídice.  Otra actuación muy importante se encuentra en el viaje de los argonautas en busca del Vellocino de Oro, donde se cree que Orfeo debió de incluirse en el catálogo de argonautas por su habilidad como cantor mágico, una habilidad bastante útil para derrotar a otras cantoras mágicas; las Sirenas. Relato el acto mítico de Orfeo, donde canta con su lira a los tripulantes del barco, dándoles instrucciones con su canto, impulsando mágicamente los movimientos que deben hacer para desencallar la nave. Y el episodio que no puede faltar en ninguna narración sobre dicho viaje es el duelo mágico contra las Sirenas con el poder de su canto. En el enfrentamiento Orfeo canta un himno entonado a un agudo grito, imponiéndose así al canto de las Sirenas con magia simpática y crea un escudo con los acordes de su lira, el cual las doncellas – pájaro, no pueden atravesar, cayendo vencidas al mar y convirtiéndose en piedra.

Con el mito de Orfeo, considerado el más grande músico en el mundo de los mortales, una representación de la importancia que tiene la música para el mundo y para la civilización. Creando a su voluntad leyes naturales y divinas que su canto en compañía de su lira dictan con belleza.

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