De Morelos y cuestionado, jefe de Seguridad en CDMX
-Vinculado con el caso Ayotzinapa e investigado por EEUU
-La sombra como represores de su padre y abuelo también lo acompañan en su desempeño como funcionario
- Es hijo de la actriz María Sorté, a la que presuntamente “rescató” con uso de helicóptero oficial de la PF en 2013
Luego de la sorpresiva renuncia el pasado viernes de Jesús Orta Martínez, como titular de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México, la jefe de Gobierno de la capital del país, Claudia Sheinbaum, anunció que el morelense Omar Hamid García Harfuch sería el nuevo encargado de esa responsabilidad.
Se trata de un mando policíaco de sólo 37 años de edad, originario de Cuernavaca, e hijo y nieto de dos personajes vinculados con actos de represión en la historia del siglo 20. Él mismo, además, está mencionado con preocupante relación con el caso Ayotzinapa y fue presuntamente investigado por el gobierno de Estados Unidos.
Los rumores que comenzaron a circular la noche del pasado jueves, se confirmaron la mañana del viernes, cuando se oficializó la renuncia por supuestos motivos personales de Orta Martínez, unas horas después de los actos conmemorativos del 51 aniversario de la matanza de Tlatelolco, donde no faltaron las críticas por la pasividad de la seguridad oficial capitalina. García Harfuch, quien hasta el jueves se desempeñaba como encargado de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia, de la CDMX, era el relevo, se anunció.
Antecedentes personales y familiares, recuperados aquí por El Regional, en torno al paisano, revelan que habrá preocupación permanente sobre su figura como, de hecho, ya la ha habido, al menos entre los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en 2014.
En 2016, el morelense, que hoy carga la responsabilidad de la seguridad en aquella urbe, fue nombrado titular de la Agencia de Investigación Criminal de la entonces PGR. Llegó a sustituir a Tomás Zerón, señalado por “truquear” pruebas en el caso Ayotzinapa. No acababa aquél de acomodarse en su nueva silla, cuando se supo de una libreta de Sidronio Casarrubias, líder de Guerreros Unidos, relacionado con la "Noche de Iguala", donde aparentemente éste se mantenía en contacto con Omar Hamid. La revista Proceso escribió lo siguiente, el 12 de noviembre de ese año, al respecto:
"Omar Hamid García Harfuch tiene una historia vinculada a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, o por lo menos a quienes las autoridades han identificado como los presuntos responsables de la tragedia del 26 y 27 de septiembre de 2014... Una libreta de Sidronio Casarrubias –presentado por la PGR como un líder de Guerreros Unidos– revela que desde hace años este presunto capo tenía anotado al funcionario como contacto. El caso se enturbia porque la libreta, que aporta datos sobre el ataque a los normalistas en Iguala, no fue incluida en las indagatorias del caso".
Seis días después, la misma revista divulgaba la alarma entre los padres de los estudiantes. El 22 de los mismos mes y año, la influyente revista difundió: "El miércoles 16, por conducto de sus abogados, los familiares de los jóvenes desaparecidos entregaron un escrito a la Oficina Especial para el Caso Iguala de la Subprocuraduría de Derechos Humanos, en el que citan el reportaje 'Inquietante liga del nuevo titular de la AIC con el caso Ayotzinapa', publicado en la edición 2089 de Proceso... La revelación de que el nombre y teléfono de Omar Hamid García Harfuch, relevo de Tomás Zerón de Lucio al frente de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), estaba entre los contactos del presunto líder de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias Salgado, provocó la movilización de padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa para exigir a la Procuraduría General de la República una investigación a profundidad".
Las quejas no prosperaron en ningún sentido, ni sabemos aquí sobre alguna investigación que se haya llevado a cabo para confirmar o desmentir la relación entre el mando policíaco y uno de los presuntos culpables de la masacre, como exigían los padres de los jóvenes.
Proceso también recordó este fin de semana que, desde 2009, García Harfuch y 11 agentes de la Policía Federal (PF) fueron investigados por el gobierno de Estados Unidos "por presuntas labores delincuenciales o al menos irregulares, de acuerdo con un cable divulgado por Wikileaks".
El 15 de junio de 2019, el nuevo encargado de la Seguridad en la CDMX fue nombrado jefe general de la Policía de Investigación y coordinador de Inteligencia del Gabinete de Gobierno y Seguridad de la Ciudad de México, cargo previo al que hoy ostenta.
Bajo la sombra de su padre, madre y abuelo
Sus antecedentes, además, van acompañados por los de su padre y abuelo, de los cuales el destacado funcionario no tiene responsabilidad alguna, pero tampoco lo ayudarán dadas las actividades represoras que identificaron a ambos. Asimismo, un incidente con su madre lo puso en la mira de críticas periodísticas y políticas.
El abuelo fue Marcelino García Barragán, gobernador del estado de Jalisco y secretario de la Defensa Nacional de 1964 a 1970. Evidentemente, se trata del responsable del Ejército en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el 2 de octubre de hace 51 años, casi exactamente. Esa marca indeleble en el personaje no se borrará nunca, pese a que el juicio general, entre historiadores y protagonistas de los hechos, coincide en una actitud un poco menos criminal y salvaje entre los soldados, frente a aquélla de los policías judiciales federales en aquella negra noche.
El nombre de su padre, sin duda, más famoso que el del abuelo, puede poner nervioso a más de alguno de quienes padecieron la persecución oficial en la década de los 70: Javier García Paniagua. Es uno de los nombres oscuros durante la llamada Guerra Sucia de esos años, cuando miles de perseguidos terminaron encarcelados, golpeados o desaparecidos. De 1976 al 78, fue el titular de la desaparecida y temida Dirección Federal de Seguridad, dependencia de la Secretaría de Gobernación, configurada como la policía política del Estado y encargada de la persecución oficial en contra de quienes eran considerados enemigos del régimen priista,
Y si dichos antecedentes no fuesen suficientes, también lo persigue una acusación de 2013 cuando, en septiembre, fue acusado de utilizar una aeronave de la PF (helicóptero oficial) para traer a su madre, la actriz María Sorté, cuando el huracán Manuel azotó Acapulco, donde ella se hallaba en esos momentos, según refirieron en su momento medios locales. El señalamiento nunca fue investigado, probado o desmentido.
Frente a todo lo anterior, también destaca que el jefe policíaco de Morelos tiene una licenciatura en derecho y seguridad pública, junto con estudios en Estados Unidos, en la Administración de Control de Drogas (DEA), la Academia Nacional del FBI, la Universidad de Harvard, y otras. Fue condecorado dos veces por la PF, con el "Mérito Policial Segunda Clase" (2012) y "Mérito Policial Primera Clase" (2014).
Con esas cartas bajo la manga, el joven de Cuernavaca será la mano derecha de Sheinbaum en materia de seguridad en aquella ciudad, como responsable de un gobierno que presume, como el federal, que jamás caerá en acciones de represión.