Cuando sea demasiado tarde…
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Esta semana llegó a mis manos el libro de la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie (2021), que lleva como título “Un Daño Irreparable”. Me di a la tarea de darle una leída, puesto que encuentro preocupante la situación al respecto del coronavirus, las vacunas, y el silencio que hay al respecto del estado de salud del presidente López. A continuación les comparto las notas que tomé del libro o ideas que tuve mientras leía el libro.
La estadística que presenta es horrorosa. Digo horrorosa para nosotros… al día de hoy estamos llegando a los 150,000 fallecidos reportados por la Secretaría de Salud, aunque ya sabíamos que el número de muertes este año está sobre los 300,000. Además, el mismo INEGI reporta también que los números de la Secretaría son alegres, aunque insisto en que el número de fallecidos por la COVID-19 (es en femenino porque ése es el nombre de la enfermedad, aunque me parezca que no coincide el género con el sustantivo) es de por lo menos el doble. Eso quiere decir que para agosto estaremos llegando al medio millón de fallecimientos, give or take. Me parece muy acertada la reflexión sobre la ventaja que tuvimos como país sobre el resto del mundo. El tema empezó en diciembre-enero, y la cosa en mi amado México empezó a mediados de marzo. Su servidor se enclaustró el 17 de ese mes, y ya falta poco para cumplir un año de encierro.
Me llama la atención la formación de la Dra. Ximénez-Fyvie, quien es Cirujano Dentista, y su área de investigación se circunscribe a las enfermedades periodontales (encías y dientes). Punto en contra, no es lo mismo que lo mesmo. Punto a favor, enfermedades a fin de cuentas. Ella manifiesta haber fundado el Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM, de ser así, mi humilde opinión es que algo sabrá sobre el tema de las enfermedades. Insisto en que hay un largo trecho entre la entrada y la salida, pero lo que había leído sobre el libro con anterioridad me sobró para darme la oportunidad de conocerlo. La obra es bastante agradable a su lectura y lleva al lector por un recorrido bastante específico sobre muchas de las características de las circunstancias. Pone los puntos sobre las íes, por así decirlo.
Menciona que López-Gatell cuenta con formación en Johns Hopkins, universidad de gran prestigio internacional. Lo mucho o poquito que conozco de análisis de riesgo sostiene que la comunicación es parte primordialmente fundamental para el control de la atención ante una situación de desastre. ¿No le enseñaron eso a este señor en aquella universidad? Se supone que el señor es epidemiólogo, ¿no sabía que irse a cenar a las playas de Oaxaca con una camiseta amarillo fosforescente quedaría para siempre impreso sobre nuestras retinas y nuestros recuerdos? Es casi como si le hubieran pedido que lo hiciera, aun sabiendo que las consecuencias de sus actos tendrían un efecto en la gestión de la pandemia. Si lo ignora, pues de epidemiólogo no tiene mucho. ¿Si sí lo sabía y de todas maneras lo hizo? Yo no soy epidemiólogo, ni experto en contener epidemias mundiales. Sin embargo, por lo que entiendo, la Dra. Ximénez-Fyvie tiene los dedos llenos de razón: todo lo que han hecho en la gestión de la pandemia borda en lo criminal. Sobre todo en priorizar la necesidad de mantener el control por encima de la evidencia de sus propios errores.
La conclusión grande es que se operó bajo la creencia de que “este tipo de enfermedades se curan solas”, que fue lo mismo que dijo Don Trompas en aquellos tiempos. Insisto en que se estuvo operando en paralelo con la administración gringa, y dudo mucho que haya sido el presidente López quien le haya girado la instrucción a su homólogo estadounidense. Los errores cometidos en México, son los mismos que se cometieron en los Esteits: no limitar la movilidad y no promover el uso de cubrebocas. Me imagino que algo de culpa han de sentir, por eso andan promocionando que Joe Biden anda siguiendo los pasos de López, para hacer parece que somos nosotros los que andamos dictando línea a los políticos gringos. Así de estúpidos creen que somos, y así de estúpidos son.
Sólo me queda decir que como pueblo, como país entero, tanto gobierno como ciudadanía, fallamos en el tema del control del contagio. La tirada no era cuídate para que no te enfermes, la tirada era evitar que una persona contagiada anduviera contagiando a otras personas, y lo que tuvimos fue gente en la playa portando tanque de oxígeno, abiertamente regando el virus por todos lados. El cierre del año presenció en mi amada Cuernavaca fiestas, bailongos, fuegos pirotécnicos, y amplio despliego de ignorancia galopante. A opinión de su servidor, la Dra. Ximénez-Fyvie tiene amplia experiencia comunicando sus ideas por escrito, y se documentó ampliamente en la realización de su obra. No me encanta que las citas no vienen en mi amado formato APA, pero a final de cuentas es un libro de divulgación, y gran parte de sus referencias (tampoco en formato APA) se pueden corroborar en internet.
Eventualmente se esgrime la palabra “genocidio”. Me cuesta mucho trabajo creer que la incompetencia del gabinete sea más que eso, mera incompetencia. Sin embargo, para las 17:00 horas del 29 de enero del año 2021, nadie sabe cómo está el presidente López, después de haber anunciado que se contagió y anduvo regando el bicho por varios estados del país. De corazón le deseo pronta recuperación, pero cada día que pasa sin saber de su salud, es un día más de oscuridad para sus fervientes seguidores. Opino que le vendría bien a su estrategia darse una vuelta por Paseo de la Reforma en una Suburban negra con los cristales blindados, para que sus huestes lo miren y lo adoren.
King Kong ha sido derrotado, y fue Godzilla el que lo venció. Un abrazo grande a todos y a todas, pues la oscuridad desciende sobre nosotros y las cosas se van a poner peor antes de que se pongan mejor.
Ximénez-Fyvie, L. A. (2021). Un Daño Irreparable (1st ed.). Ciudad de México: Editorial Planeta.