Con desperdicios de alimentos crean la ¨sopa amiga¨ y el abono orgánico

Con desperdicios de alimentos crean  la ¨sopa amiga¨ y el abono orgánico
Con los desperdicios de alimentos de las centrales de abasto, crean la “sopa amiga” y abono orgánico para el campo morelense

Cuautla, Mor.- Debido a que anualmente se desperdician al menos 28 millones de toneladas de alimentos en las centrales de abasto del país, la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centrales de Abasto (CNACCA) en coordinación con la Universidad Autónoma de Chapingo, aprovechan esas mermas para producir abono orgánico que servirá para la producción del campo, y también la creación de la “sopa amiga” o ensalada.

Víctor Samuel Márquez Vázquez encargado de Seguridad de la CNACCA, destacó que desde hace algunos meses la dirigencia nacional trabaja en coordinación con la Universidad de Chapingo, a fin de que se aproveche el desperdicio de alimentos que se hace en las centrales de abasto del país. Destacó que el primer proyecto fue la creación de la llamada “sopa amiga”, que fue presentada en una reunión internacional realizada en Colombia, y que fue abalada por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Expresó que con la creación de la “sopa amiga”, se aprovecharían esos 28 millones de toneladas de desperdicios que generan las centrales de abasto del país, con lo que se podría apoyar a las familias de extrema pobreza. Ahora, abundó que con el apoyo de la Universidad Autónoma de Chapingo, se empezó a trabajar en su producción, y ya se está haciendo, en sus primeras pruebas para sacarse al mercado.

Mientras, agregó que se aprovechan esas mermas para crear abono orgánico que servirá para el mejor aprovechamiento de la siembras, y por medio de la Fundación Zapata, se espera que se distribuya en Morelos. El abono orgánico, relató que es una de las mejores opciones que se tienen para eliminar los agroquímicos que dañan no solo las tierras sino la producción de alimentos por las afectaciones que se tienen por su uso.

Precisó que la Universidad de Chapingo empezó a trabajar con las centrales de abasto para aprovechar esos desperdicios de alimentos que se hacen diariamente y que al año significan 28 millones de toneladas. “Nosotros ya habíamos visto que era mucho el alimento que se tira, porque se debe de recordar que al momento de comercializar los productos del campo, se escogen las llamadas, primeras, segundas, terceras, y una cuarta, que ya no tiene caso”, detalló.

Explicó que en el caso de cualquier producto del campo, como el jitomate, la cebolla, pepino, entre otros tienen cierta calidad primaria que determinará el precio; “mayor calidad, más precio, y lo que se considera que no sirve, aunque realmente se puede aprovechar, se tira, ese es el producto que estamos aprovechando, lo que no se vende”.