Breves de Abogados y Políticos - Cobro de facturas
En opinión de Alejandro Corona Markina
Bien ardida, la diputada Tania Valentina Rodríguez anunció ayer la salida del Partido del Trabajo (PT) de la coalición con Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido Verde (PV) y Movimiento Alternativa Social (MAS).
Afirmó que al PT no se le trató equitativamente en el reparto de cuotas, afirmando que al Partido Movimiento Alternativa Social (MAS), le fue mejor en la feria del hueso, pero lo cierto es que respira por la herida que le significó que le quitaran la senaduría que sentía muy segura.
Ha llegado la hora de ajustar cuentas con legisladores que se dicen de izquierda, pero que en realidad viven como burgueses a costa del erario y de sus actos de corrupción.
La orden de que no se le diera la senaduría, vino desde muy arriba. Tania lo sabe, pero se cuidó de no “patear el pesebre”, al decir que estaba con el proyecto de la Cuarta Transformación, con su candidata presidencial Claudia Sheinbaum y el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, pero que como organización política irían solos a la contienda. Es taimada la mujer.
Y obviamente al no ir en coalición, ahora buscará, primero, conservar el registro del PT en Morelos; luego va a acaparar los primeros lugares de las listas de regidores y diputados plurinominales y finalmente vender las candidaturas a presidentes municipales y diputaciones de mayoría al mejor postor.
Ella confió que el presidente nacional del PT, Alberto Anaya Gutiérrez, le garantizaría el escaño de la segunda senaduría, pero se topó con pared, ya que su corrupta gestión como diputada es bien conocida a nivel central y por eso fue vetada por Mario Delgado, presidente nacional de Morena.
Pero también habrá ajuste de cuentas para sus compinches, los diputados Alberto Sánchez Ortega y Alejandro Martínez Bermúdez, así como las diputadas Macrina Vallejo Bello y Paola Cruz Torres. Al primero de ellos, de plano le plantaron una patada en el trasero al decirle que ni siquiera pertenece a Morena, que no sueñe con algún espacio, en tanto que a los demás ya les dijeron que si saben contar, no cuenten con su reelección ni con ninguna otra candidatura avalada por la Cuarta Transformación.
La gestión de estos diputados será recordada como una de las más corruptas. La otrora humilde señora Macrina Vallejo, supuesta representante de las comunidades indígenas, dejó su austera casa en el poblado de Cuentepec, municipio de Temixco, para adquirir -en menos de tres años- una lujosa mansión en la residencial colonia Vista Hermosa de Cuernavaca. ¿Quién pompó?
El diputado Alejandro Martínez Bermúdez, todavía finge demencia, cuando dice desconocer el por qué no será considerado para candidatura alguna, por parte del Movimiento de Regeneración Nacional.
El ya mencionado Alberto Sánchez Ortega, supuestamente renunció al Partido Revolucionario Institucional (PRI) para irse a Morena, pero siempre actuó en contra de los postulados de “no mentir”, “no robar” y “no traicionar”. Ahora se ha quedado como el perro de las dos tortas, pues los del tricolor no lo quieren de regreso y no tiene cabida en la Cuarta Transformación.
Y Paola Cruz Torres, más vale que le vaya a pedir chamba a Tania Valentina, pues también está vetada. Fue una decepción como diputada al ponerse al servicio de los panistas y priistas que controlaron todo en el Congreso del estado de Morelos.
Es probable que recurran antes las autoridades electorales a reclamar derechos como supuestos militantes de Morena, pero lo cierto es que terminarán señalados como una bola de corruptos, que vendieron las magistraturas y la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización, todo a cambio de dinero, puestos burocráticos y favores, como también por dinero protegieron a ultranza al responsable de la Fiscalía General, Uriel Carmona Gándara.
Afortunadamente, sólo les quedan unos meses más como legisladores. Los espera el basurero de la historia.