A Nivel Banqueta - El futuro de Cuernavaca
En opinión de Francisco Valverde Prado
El pasado seis de junio los ciudadanos de Cuernavaca decidimos dar un golpe de timón y cambiar el destino de nuestra ciudad. Los electores de Cuernavaca eligieron a José Luis Uriostegui como su próximo presidente municipal. Una clara señal del desastre que han ocasionado las dos últimas administraciones en la capital del estado de Morelos. ¿Qué hicieron el auto llamado Lobito y Cuauhtémoc Blanco como alcaldes de Cuernavaca? ¡Destruir nuestra ciudad y empeñar el futuro de los habitantes de La Eterna Primavera! Cero resultados, cero acciones y sobre todo, cero ideas en favor de la ciudad.
Morena llegó a Cuernavaca ofreciendo un cambio verdadero pero lo único que en verdad logró fue hacer pedazos al SAPAC, extorsionar a comerciantes de bien y privilegiar los antros de mala muerte; protegiendo en todo momento a la corrupción y a la impunidad. Lobito ha sido un arduo promotor de las malas conductas y nosotros los ciudadanos somos los que hemos sufrido en carne propia, las consecuencias de su mala educación.
A Cuernavaca le ha llovido sobre mojado, los personajes que hemos visto desfilar en la silla de la presidencia municipal han sido -por decir lo menos- un chascarrillo tropical, churrera coincidencia, grosera presencia o digna propuesta del doctor psiquiatra.
¿Qué esperamos de nuestro próximo presidente municipal? ¡Valor! Valor para rescatar a Cuernavaca del estado en que se encuentra. En un primer momento, bien podríamos comenzar por recuperar nuestros espacios públicos bajo nuevos reglamentos de convivencia correctamente explicados, de manera simple pero sobre todo, empática.
Nada se antoja más que nuevas campañas ciudadanas, pedagógicas, que puedan construir una nueva cultura ciudadana. Seamos un reflejo de las autoridades que tanto decimos desear. Tú eres yo y yo soy tú. Una gran campaña que nos permita situarnos en los zapatos del otro a partir de la calle y del espacio público. Al entrar en un primer contacto con el otro, ¿cómo desearíamos ser tratados en función de nosotros mismos? Ceder el paso, ayudar a un adulto mayor, proteger a una mujer o privilegiar el respeto a un menor de edad. Para lograr desactivar las conductas de violencia y rencor entre unos y otros, necesitamos que sea chido portarse bien. Hablar de las consecuencias y futuro de una urbe que entiende cómo conseguir el destino que tanto decimos soñar.
¿Con qué ciudad soñamos? ¿Qué ciudad deseamos para nuestros hijos, padres y abuelos? Una Cuernavaca segura, incluyente, tolerante y con oportunidades de desarrollo para todos. Sin espacio público no hay ciudad. Es ahí donde habrá que lograr un verdadero cambio de paradigmas; la defensa y construcción de lo público y lo que ahí pueda o no ocurrir.
Acciones simples y de rápidos resultados pero siempre atendiendo nuestros sueños de largo aliento. Cruces peatonales seguros, privilegiar el derecho a caminar y las acciones que ello implica. Banquetas, correcta señalización, rescate de los mercados públicos y la puesta en marcha de un programa de rescate de nuestra muy violentada imagen urbana. Acciones que bien pueden llevarse a cabo en tan sólo unos meses de gobierno.
También podemos pensar en una nueva policía de barrio, cercana, que tenga una directa relación con las distintas colonias y poblados de nuestra ciudad. Así como la puesta en marcha de nuevas tecnologías que permitan a los ciudadanos informar lo que ocurre en su calle, manzana o barrio.
Soñar no pertenece al terreno de las utopías, desde el inicio de los tiempos, el ser humano se desarrolló por medio de visiones o sueños, acciones que más tarde le dieron la oportunidad de crecer libremente. ¿Qué ciudad queremos? ¿Cómo se ve esa ciudad que soñamos? ¿Qué colores, texturas y calidad de vida ofrece?
Deseamos de todo corazón que a José Luis Uriostegui le vaya bien, que logre representar nuestros deseos de recuperar a aquella Cuernavaca que tanto añoramos y extrañamos, aquella Cuernavaca sensorial, la de sus árboles y callejones, aquella Cuernavaca de nuestros ancestros.
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