A Nivel Banqueta - Cómo se ve Cuernavaca

En opinión de Francisco Valverde Prado

A Nivel Banqueta - Cómo se ve Cuernavaca

Quien conoce Cuernavaca desde hace muchos años o por lo menos los suficiente para comprender su deterioro, sabe que nuestra ciudad no luce bien. La imagen urbana, como son: letreros, letreritos, letrerotes y rayones en muros y bardas, son ahora parte de la estética de La Eterna Primavera.

 

La Cuernavaca de antaño, la de las casonas, callejones, espacios simpáticos y hasta chulos, se ha convertido con el paso del tiempo, en una urbe con una imagen urbana agresiva y visualmente contaminada. La Cuernavaca que muchos extrañamos no volverá a ser la misma pero sí podemos darle un nuevo rostro. Una estética que recupere el atractivo turístico que principalmente ofrece y tenga algo más que chelerías, Oxxos y fritangas en las calles.

 

Si queremos que algún día la capital del estado de Morelos pueda generar riqueza y abundancia para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, primero, bien deberíamos comenzar por una nueva identidad. Una que sí, recupere parte de su historia pero también, una que construya una Cuernavaca del futuro: una ciudad verde del siglo XXI.

 

¿Por dónde empezar? Acciones de bajo costo, rápida implementación y gran impacto. Un proyecto coordinado de rescate de la imagen urbana por medio del uso de colores y diseño de anuncios y letreros que regule e identifique cada una de las distintas zonas de nuestra ciudad. Es urgente que el ayuntamiento de Cuernavaca (del color que sea), presente o futuro, desarrolle y vigile un proyecto de largo alcance, que de una vez por todas, deje de pintar del color de su partido (una gran estupidez) la infraestructura urbana e iniciar una verdadera transformación de la estética de nuestra ciudad.

 

¿Cómo se imaginan que debería lucir una Cuernavaca segura? Nadie puede dar lo que no tiene y mientras nuestra ciudad tenga un rostro desordenado, anárquico, inseguro y sucio, nuestro presente y futuro será acorde a nuestra imagen. Si bien es cierto que somos la conclusión de nuestras propias creencias, la Cuernavaca de hoy, la que nosotros hemos modificado y lastimado, no podrá darnos mucho más que caos y desorden. La Arquitectura del miedo termina por arrojar calles inseguras y peligrosas. Una ciudad llena de barrotes y alambres de púas es también el primer paso a una ciudad peligrosa.

 

Si cada uno de los distintos poblados, barrios y colonias, agrupados y organizados  detrás de un proyecto de imagen urbana que potencialice la identidad y cultura de nuestra Cuernavaca, el cambio no sólo sería enorme, sino dramático. Colores, pintura, diseños y reglamentos pensados de la mano con ciudadanos de carne y hueso, también nos permitiría relacionarnos unos con otros y así, tener la oportunidad de construir nuevos lazos de confianza entre nosotros. La Cuernavaca que queremos no puede recibirnos (ni a nosotros ni a nuestros visitantes) con fuentes abandonadas, camellones olvidados o franeleros por todos lados. Si lo que requerimos es una economía más activa y dinámica, no la tendremos con un proyecto fritanguero y de mente pequeña. Atrevámonos a soñar con una Cuernavaca distinta, una ciudad ordenada, en donde el ayuntamiento en turno no sólo extorsione a pequeñas y grandes empresas pero en verdad las apoye y entienda su importancia en cuanto a la creación de empleos y construcción de una economía local que brinde más y nuevos ingresos a todos los ciudadanos y habitantes de La Eterna Primavera.

 

El día que podamos ver con nuestros propios ojos la ciudad que podemos y queremos ser, nos cambiará para siempre. Si por ahora, nadie o pocos somos los que aún creemos en nuestra ciudad, el día de mañana podríamos ser miles si tan solo intentamos algo diferente para tener resultados distintos a los de los últimos veinte o treinta años.

 

Comencemos por lo más sencillo, de fácil implementación y gran impacto. Quizás lo barato está peleado con muchos de nuestros políticos debido a que no es tan atractivo como construir puentes o avenidas por aquello del botín a robarse, pero si los ciudadanos nos organizamos y marcamos una agenda de ciudad que les ilustre y demuestre lo ignorantes y pequeños que son, quizás si tendremos la posibilidad de construir una Cuernavaca verde del siglo XXI, moderna pero sostenible, metrópoli pero con encantos de barrio guapo y chulo.

 

Email: fvalverdep@gmail.com