Trabajemos por la paz
En opinión de Lorena Elizabeth Castillo

El próximo 24 de mayo es el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y, si bien es una conmemoración mundial, en el mismo sentido, la necesidad de pacificar a la sociedad mexicana es una responsabilidad global y local que nos incumbe a todas y a todos.
En primer lugar, es fundamental recordar que la paz es un esfuerzo colectivo que requiere la participación de todos los sectores de la sociedad y, específicamente, en el ámbito de las mujeres, resulta una actividad de todos los días y desde todas las trincheras, para logra una vida libre de violencia para niñas, adolescentes y mujeres adultas mayores.
Por ello es que, en el marco del Día Internacional de las Mujeres por la Paz, es necesario revisar la Agenda Nacional de Paz, para confirmar que la administración municipal capitalina, a través del Instituto de la Mujer de Cuernavaca (IMC), cumple los objetivos de la misma y busca fortalecer aquellos que así lo requieran y que reclaman mejoras de la administración de justicia.
Por ejemplo, en el caso del apoyo a víctimas de violencia, es urgente incrementar el apoyo integral a personas afectadas por actos de abuso, a fin de lograr su plena recuperación y reincorporación social, para lo cual es necesario facilitar el diálogo entre sectores, a fin de construir acuerdos que promuevan la paz y la justicia.
Al mismo tiempo, promover en las escuelas la educación que fortalezca el sentido de pertenencia, la confianza y la capacidad de construir acuerdos, así como la formación de valores familiares y cívicos en torno a la cultura de la paz y el diálogo, como alternativa para promover y fomentar la paz desde el núcleo familiar.
La recuperación de los espacios públicos es urgente y esto se logra con la organización de actividades que fomenten la participación vecinal y comunitaria para resolver necesidades colectivas, tal como lo hemos hecho en el IMC con el programa de murales alusivos a los valores de las mujeres.
Esto lleva a un segundo nivel de establecimiento de la paz en las comunidades comprometidas con el cuidado de las personas y su entorno, promoviendo la corresponsabilidad con las autoridades, como puede ser el caso de la prevención las adicciones, sobre todo, entre niños adolescentes y jóvenes.
Por otra parte, hoy la cultura de la paz incluye el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad, ya que violentar los recursos naturales, a fin de cuentas, nos pasa factura en nuestra calidad de vida y bienestar, factores intrínsecos de la paz.
A la par de las acciones de fondo descritas, continuemos participando en manifestaciones pacíficas y silenciosas, generemos campañas de conciencia sobre la importancia de la armonía y la no violencia, continuemos en alianzas con personas, organizaciones e instituciones locales que trabajen por la paz y la justicia.