Observador político - La crema y nada de la política morelense se reunirá mañana en el Congreso
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Mañana domingo, el Congreso del Estado de Morelos se convertirá en el epicentro de la política local durante el primer periodo ordinario de sesiones del primer año legislativo. La ceremonia, que se llevará a cabo en la “casa del pueblo” en calle Gándara, promete ser un evento de alto perfil con la presencia confirmada de la gobernadora electa, Margarita González Saravia, y el titular del Ejecutivo en funciones, Samuel Soto Salgado; además, se reunirá la élite política, judicial y académica por lo que se plantea la oportunidad para escuchar promesas y expectativas como ocurre cada tres años.
PROMESAS INFALTABLES… E INCUMPLIDAS.- La cita no solo será un acto protocolario, sino también un escaparate de las aspiraciones y los compromisos de los nuevos legisladores quienes rendirán protesta y se comprometerán a fortalecer valores como la honestidad, transparencia y la lucha contra la delincuencia, sin embargo, el historial reciente de la Legislatura LV deja mucho que desear. Y es que, los salientes, más preocupados por la ambición económica que por el desarrollo real de Morelos, han dejado una estela de insatisfacción y promesas incumplidas.
Es importante cuestionar si esta nueva legislatura podrá realmente superar las deficiencias de sus predecesores; las palabras de los legisladores, llenas de promesas sobre la gestión eficaz y la rendición de cuentas, deben ser vistas con un sano escepticismo. La retórica de transparencia y desarrollo económico ha sido el pan de cada día en discursos políticos, pero la acción efectiva ha sido escasa, por lo que las expectativas de que los nuevos representantes trabajen para combatir la delincuencia y fomentar un desarrollo equitativo deben ser respaldadas por un escrutinio riguroso y una vigilancia constante.
La presencia de figuras destacadas como los presidentes municipales salientes y entrantes, así como los rectores de las universidades, subraya la importancia del evento, no obstante, esta amalgama de poder puede ser una oportunidad para la auténtica colaboración o un escenario para la perpetuación de prácticas que han obstaculizado el progreso en el pasado.
MÁS DE LO MISMO.- A pesar de las promesas de un nuevo comienzo, el panorama se pinta con los mismos colores de siempre, por lo que los diputados salientes, cuya gestión ha estado marcada por el afán de lucro y la desatención a las verdaderas necesidades de la población, dejan un legado de insatisfacción y desconfianza; incluso, en lugar de avanzar hacia un verdadero crecimiento y desarrollo, lo que se ha observado es una reiteración de intereses personales y corporativos que han dejado a las clases más desprotegidas en la periferia del progreso.
En la Legislatura LVI, es predecible que los nuevos diputados hagan gala de su disposición, voluntad y compromiso para lograr acuerdos que beneficien a los morelenses, por lo que se escucharán discursos sobre unidad, respeto, diálogo y pluralidad, pero estas palabras se desvanecen rápidamente en la realidad de la parálisis legislativa y la falta de acción concreta que se avecina porque ningún grupo alcanza los 14 votos para poder aprobar reformas y leyes. De ahí que es esencial cuestionar si estos compromisos no son solo una fachada para la continuación de prácticas que han impedido un desarrollo equitativo y sostenible en el estado.
La designación de Jazmín Solano como presidenta de la Mesa Directiva y la anticipada presidencia de la Junta Política y de Gobierno a favor de Adrián Martínez Terrazas, del Partido Acción Nacional, es un primer aviso de que las cosas pueden caminar de la mejor manera posible y sobre todo, porque los grupos parlamentarios además de definir las principales comisiones, en automático, tendrán que analizar el presupuesto económico que se tendrá que aprobar a finales de diciembre de presente año. Un tema no mejor en el que todos, deben de coincidir pero dejando de lado las dádivas como canonjía para votar reformas o presupuestos.
REFORMAS FEDERALES… Y PROMESAS QUE SE DESVANECEN.- En la tradición de los discursos de los legisladores de los diferentes grupos parlamentarios, prometen priorizar temas fundamentales como la municipalización, el desarrollo económico, la igualdad de género y el apoyo a personas con discapacidad, pero la experiencia nos enseña que, tras el humo de las palabras, lo que queda es un esqueleto de propuestas que rara vez se traducen en acciones efectivas. Cierto es que la retórica de la inclusión y la justicia social se convierte, con frecuencia, en un espectáculo destinado a las cámaras y a la aprobación de los medios, mientras que las verdaderas necesidades de la población quedan relegadas.
El fortalecimiento de la soberanía nacional y la mejora de la seguridad pública son, sin duda, temas que requieren atención urgente, aunque el pasado ha demostrado que estos planteamientos se manejan más como eslóganes políticos que como compromisos serios, de ahí que la lucha contra el feminicidio y la violencia de género, así como la erradicación de la pobreza, son retos inmensos que demandan políticas integrales y un enfoque sostenido. No basta con una promesa de consenso; se necesitan medidas concretas y un verdadero compromiso con la justicia social.
Además, la crítica oposición exigirá que la nueva gobernadora, Margarita González, aplique una austeridad que, según ellos, debe ser la panacea para los problemas del estado; esta demanda, aunque aparentemente razonable, corre el riesgo de convertirse en una excusa para justificar recortes en áreas esenciales como seguridad, campo y obras públicas, por lo que la austeridad, cuando se aplica de manera superficial, puede terminar perjudicando a las comunidades más vulnerables, en lugar de abordar las raíces de los problemas estructurales.
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