Latente muerte de peces de ornato por la falta de lluvia
Cuautla, Mor.- “Nunca habíamos padecido una sequía tan fea como ahora, a partir de mediados de febrero ya no había agua en los apantles ni la achololera, los peces de ornato y las mojarras se mueren por la falta de oxígeno porque no llega el agua nueva, queremos que el gobierno nos apoye con presas o bordos”, manifestaron piscicultores del poblado de Chinameca, municipio de Ayala.
Los piscicultores de esa población, lugar en donde fuera asesinado el General Emiliano Zapata Salazar, y considerado hasta hace poco como el lugar de mayor producción de peces de ornato a nivel nacional, ya no saben qué hacer. Las primeras lluvias hacen que cambie un poco el rostro de preocupación porque sus peces se han muerto, lo mismo los de ornado que las mojarras, que venden a los visitantes.
Los afectados señalan que desde inicio del año, por la temporada de estiaje, el nivel de los apantles que los abastece de agua para el riego de cultivos y los tanques de mojarra, disminuyeron, a causa de que los mantos freáticos se empezaron a secar. Dicha sequía empezó a afectar inicialmente a los productores de peces de ornato, quienes inicialmente pudieron enfrentar la situación con el apoyo mediante pipas que les brindaron las autoridades locales, sin embargo, no fue suficiente y algunas unidades productoras tuvieron que cerrar.
Las aguas, que antes abundaban, se reducen a charcos espejados bajo el sol, reflejo de un drama que asecha a los peces y a quienes de ellos se sostienen. Mauricio Cazales, habitante del pueblo, relata la amarga paradoja que les toca vivir; "aquí, donde solíamos tener agua en abundancia, los estanques se están secando", relata preocupado.
Al mediodía, Mauricio exhibe algunos de sus mejores peces en el tianguis que se instala cada sábado frente a la ex hacienda. En sus orígenes, hace un año, el tianguis reunía a unos 30 productores locales. Hoy sólo hay ocho. Andrés Rodríguez comparte la angustia de Mauricio; lleva 15 años produciendo peces y nunca antes había vivido una situación así.
Neftalí Tenango, otro productor de la localidad, explica que el retraso de las lluvias ha dejado los estanques en condiciones deplorables; en realidad, no tendría que decirlo hacia dentro del pueblo, donde inicia el área de granjas, la superficie cuarteada de los estanques secos refleja una imagen más dramática que las palabras. “Nos mantenía como había un poco de más agua, pero ahorita definitivamente, pues no. Hay muy poca", revela.
Ante este panorama, los productores han buscado ayuda de las autoridades, pero hasta ahora solo han sido socorridos por las autoridades municipales, que intentan evitar la desaparición de los estanques con pipas de agua. Ni el gobierno estatal ni el federal han ofrecido algún tipo de incentivo para hacer frente a la sequía.