Cuando sea demasiado tarde… - Sobreviviendo a la pandemia (2)
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Llevo ya 11 días encerrado. El lunes de la semana pasada me regresé a Cuernavaca porque había dejado solo a mi perro. Mi novia me alcanzó el jueves, y llevamos aquí atrincherados desde entonces. Ya vimos todas las películas de Matrix (impensable que Hugo Weaving alguna vez fue joven), todos los documentales que hay en Netflix sobre epidemias y pandemias, y ahora está corriendo una serie en el televisor al que aparentemente ya ni vemos (el Benedict Cumberbatch es muy buen actor, eh). Ya bañé al perro y hemos llegado a una tregua en la que él puede estar dentro si se porta bien, y yo dejo las puertas abiertas para no morir del calor. Ayer llegamos a los 35° centígrados. Alcancé a comprar papel de baño, pero ya se agotaron las cervezas que me obligaron a adquirir. Volví a pedir el súper, pero al parecer están teniendo problemas para atender todos los pedidos. Ayer hice el pedido en un supermercado, y no llegó el envío, ni me llamaron ni dijeron nada. Esta mañana decidí hacer otro pedido a otro establecimiento, para minutos más tarde recibir una notificación del primer establecimiento disculpándose por la demora. Si todo sale bien, tendré víveres para un par de semanas, de lo contrario, habrá que ordeñarle el anticongelante al coche y desempolvar mi arco y flecha para salir a cazar un mamut.
Las noticias están colapsadas. Lentamente se ha ido desplazando la atención del coronavirus a la gente que está infectada por el virus como la Merkel, el Johnson, dos que tres figuras más, y los gringos se niegan a aceptar que su presidente puede estar infectado. Nuestro presidente sigue diciendo sus sandeces de todos los días, pero debo de reconocer que el grado de organización social que se ha alcanzado se debe a que tiene dos o tres personas de buen nivel atendiendo la contingencia. Tengo entendido que hasta Televisa va a suspender sus actividades por una semana, lo cual, hasta donde tengo entendido, no tiene precedente. Me tiene algo consternado la parálisis económica a la que está sujeto nuestro país, pero ahorita lo más importante es preservar la vida de la mayor cantidad de personas posibles. Según mi estimado (que están basados en todos los estimados del mundo que he leído, lo cual quiere decir que es sólo un estimado), se puede llegar hasta el 10% de índice de mortalidad por coronavirus, y me parece que es un número alegre. Si no se realizan acciones preventivas, apostaría que podría llegar hasta el 20%, eso quiere decir uno de cada cinco mexicanos.
Las siguientes semanas serán cruciales. La actividad económica de nuestro país llegará a un periodo de uno o dos semanas de total detenimiento. Esperaría que fueran más, hay previsiones de contagio hasta agosto, pero no se puede tener el país detenido por tanto tiempo. Además, la gente simplemente dejará de respetar la cuarentena para conseguir ingresos y alimento. Me veo conduciendo un Mustang rojo por Plan de Ayala tratando de cazar con mi ametralladora automática uno de los venados de la manada que apareció en el Vergel, pero creo que todavía falta mucho para eso. Hasta ahora la prioridad es mantener la calma, tener la menor cantidad de contacto posible, mantenerse informado y leer esta columna todos los sábados. Confiemos en que todo estará bien, y recordemos que somos un pueblo solidario: cuando hace falta, los mexicanos sabremos salir adelante.
Que la Fuerza esté con todos ustedes, ya vendrán tiempos mejores.