Cuando sea demasiado tarde…

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde…

Estimado señor taxista.

 

            ¡Taxi! ¡Taxi! Muy buen día tenga usted, señor taxista. Le ruego sea usted tan amable de llevarme a mi casa. El día ha sido pesado y… ¿Por qué está usted molesto? La economía, ¿verdad? Pues sí, desde tiempos inmemoriables este país se está yendo por el remolino del retrete. Me imagino que usted lo estará sintiendo, igual que todos. ¿A cuántas marchas ha asistido usted? Volvieron a bloquear una avenida principal, ¿verdad? Entiendo que usted ha sido carne de cañón de líderes gremiales, líderes sindicales, y politiquillos pequeños con grandes aspiraciones. ¿Le han pedido cuotas? ¿De verdad? ¿Cuánto tiene que usted que cubrir, y en cuánto tiempo? No me diga que ustedes también son víctimas de la delincuencia. Bueno, supongo que pasar casi la mitad de su día en un vehículo automotor tratando de sortear las vicisitudes de la jungla de asfalto le habrá enseñado un truco o dos. ¿Se conoce usted la totalidad de la ciudad? Entiendo que prefiera no entrar a la Barona, a la Carolina, a la Otilio Montaño. ¿Dice usted que ha llevado pasaje hasta La Joya? He de expresar mi admiración ante tal acto de valentía.

            ¿Es difícil obtener un permiso de taxista? No se ría usted de mí, lo que quise preguntar es qué tan difícil le ha sido. ¿CUÁNTO DICE USTED QUE TUVO QUE PAGAR? ¡Además de la mordida! Veo que son ustedes una especie de Mecenas de la clase política. Las marchas, los bloqueos, las operaciones… ¿También lidia usted con el crimen organizado? ¿Cuánto le pagan por halconear? No sabía que fuera tan bien remunerado. ¡Tenga usted cuidado! No es necesario conducir de esa manera. Tal vez usted no siente los topes, pero los pasajeros brincamos más en la parte de atrás. ¿También conoce quién cumple con labores de narcomenudeo? Me imagino que ese negocio algo debe de satisfacer sus necesidades económicas. ¿Cuántos hijos dice usted que tiene? Veo que las papelerías cerca de su casa aún no proveen servicios de enmicado, el permiso que porta sobre el tablero está muy desgastado. Le ruego no conduzca en sentido contrario para ahorrarse una fila de autos, mi vida vale más que la prisa que usted lleva.

            Parece que hemos llegado a mi destino. ¡Muchas gracias por traerme con gran nivel de comodidad y seguridad! Haga usted el favor de indicarme cuánto es lo que le debo por el traslado. ¿Cuánto? Pero si la última vez que me trajeron… permítame terminar señor, la tarifa por lo general es… no me grite señor, estamos negociando civilizadamente. Lamento mucho que usted piense eso de mi persona y de mi familia, pero la  tarifa por lo regular es… tiene usted la razón, hubiera sido inteligente de mi parte indagar sobre la tarifa ANTES de abordar. Sin embargo, insisto en que no es necesario… Faltan ocho meses para mayo señor, no entiendo… (suspiro). Aquí tiene usted el monto que amablemente me indicó. Ha sido culpa de su servidor el omitir inquirir sobre el costo de sus servicios antes de abordar la unidad. No se preocupe, no me parece desorbitado tener que darle 10 pesos más de lo que tenía considerado gastar en mi transportación. Por favor no me grite más señor, le estoy tratando de hacer entender que le concedo la razón.

            No señor taxista, no se preocupe usted. ¿Por qué habría de preferir un servicio de mejor calidad que el suyo? Entiendo que el gobierno, los sindicatos, los grupos de interés, el crimen organizado y el volumen de su familia lo ha pisoteado hasta el cansancio. Es usted tan víctima como todos, por lo que tendré que sacrificar mi comodidad, mi seguridad, mi tranquilidad, el uso de mi smartphone para ordenar una unidad y vigilar a través del GPS sus movimientos, y por supuesto el poder usar mi tarjeta de crédito para costear el servicio del mismo. Observo que, una vez más, el gobierno ha sido maestro en organizar a un grupo de ciudadanos para proveer un servicio de calidad, seguridad y eficiencia al resto de la ciudadanía. Vamos, si son ustedes maestros de la transportación, son la viva imagen del respeto a las leyes de la movilidad y en preservar la seguridad de los ciudadanos a los cuales les provee servicio. Vamos, ¡ustedes son el primer bastión de la promoción del turismo en la ciudad! ¿Por qué habría de elegir un servicio de la competencia? Cuando son ustedes paladines de la Movilidad, la seguridad, y el bienestar de la ciudadanía en general. Se merece usted una medalla, señor.

            Muchas gracias, señor taxista. Con mucho gusto volvería a poner mi seguridad y la de mi familia en sus manos. He quedado muy satisfecho con la provisión de su servicio. Ahora mismo procederé a eliminar las aplicaciones de movilidad de mi teléfono, parece ser que no me serán de utilidad en el futuro. De verdad que no entiendo cómo fue que tan rápidamente proliferaron tantos servicios paralelos al suyo, que además no se requiere de su regulación gubernamental, pues es la iniciativa privada (cuya sede yace probablemente fuera del país) la que lo regula. Así como usted, reforzaré la confianza que tengo en usted, todos los miembros de su gremio, la sociedad en general, y todas las autoridades que tienen la función de regularlos y garantizar mi bienestar.

 

*Centro de Investigación Transdisciplinar en Psicología