A Nivel Banqueta - Prado El día después
En opinión de Francisco Valverde
No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Finalmente llegó el seis de junio y muchos de nosotros ejercimos libremente nuestro derecho a votar. Aún sin conocer los resultados electorales, la verdadera pregunta a responder es: ¿qué sigue para Cuernavaca? Los ciudadanos de a pie estamos cansados y hartos de vivir en una ciudad que se encuentra prácticamente en ruinas. Es cierto, hace muchos años que la ciudad no está bien pero fue en las últimas dos administraciones que La Eterna Primavera entro en un espiral de destrucción.
En la presente administración así como en la anterior, hemos tenido alcaldes que nada o poco saben sobre el quehacer político y mucho menos de la civilidad que una ciudad requiere. Pase lo que pase con los resultados electorales, Cuernavaca necesita de una muy seria y profunda cirugía.
No es necesario ser muy inteligente para percatarse de todo lo que Cuernavaca necesita de manera urgente. Agua, seguridad, espacios públicos, transparencia, rendición de cuentas, e imagen urbana entre muchas otras cosas más.
En realidad nuestro verdadero problema se resume en una frase: la falta de un proyecto de ciudad. ¿Qué queremos ser? ¿Hacia dónde queremos que vaya nuestra lastimada urbe? ¿Cuáles son sus principales fortalezas y debilidades?
Muchos somos los ciudadanos que deseamos un verdadero cambio, el día de mañana tendremos nuevo presidente municipal y lo menos que podemos esperar es el deseo de darle un nuevo rostro a la ciudad.
Mañana lunes, Jorge Argüelles o José Luis Uriostegui, será el nuevo alcalde de la capital del estado de Morelos. Sea cual sea el resultado, los ciudadanos habremos de darle vuelta a la página y trabajar con todas nuestras ganas para que a Cuernavaca le vaya no sólo bien, sino de maravilla. Sea quien sea el nuevo presidente municipal, también habremos de darle seguimiento a su administración, a su forma de gobernar y a su visión de ciudad. Nuestra responsabilidad como ciudadanos va mucho más allá del seis de junio, se trata de ser participativos, de informarnos, de ser críticos y sobretodo, responsables a la hora de celebrar o aplaudir. No podemos seguir aprobando a nuestros gobernantes en función de intereses personales, es la hora de la colectividad y el bien común si en verdad queremos a una Cuernavaca diferente.
Si realmente queremos construir una Cuernavaca del siglo XXI, es impostergable ser más y mejores ciudadanos. Obedecer las reglas del juego y sumarnos a favor de la ciudad. Nuestra ciudad ya no aguanta más, se encuentra al borde del colapso y muy cerca de su destrucción, de no corregir su rumbo, será muy poco lo que aún nos quede por reconstruir.
En lo personal, solo me queda decir que Cuernavaca es la ciudad de mis seres queridos y también la de mis difuntos. Cuernavaca es la ciudad en donde deseo envejecer y en donde espero poder hacerlo en paz y con una calidad de vida digna para todos.
Por el bien de nuestra ciudad, sea cual sea el resultado, esperemos el corazón de La Eterna a Primavera logre volver a latir con toda la fuerza que merece.
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