A Nivel Banqueta - El maldito populismo

En opinión de Francisco Valverde Prado

A Nivel Banqueta - El maldito populismo

¿Qué tienen en común Donald J. Trump y Andres Manuel López Obrador? ¡Mucho sin duda, pero empecemos por el asco que les genera la democracia! Como buenos populistas, se autodenominan la voz del pueblo que lucha contra las élites corruptas y tramposas. Concepto que de entrada, inicia con revanchismo y agresión hacia otros.

 

Sí, es cierto, muchos ciudadanos y votantes a nivel mundial están hartos de los políticos tradicionales. Una de las principales razones por las que los populistas son tan atractivos, es por la falta de liderazgos y ausencia de nuevos personajes que en verdad emocionen y enarbolen las causas de los ciudadanos de carne y hueso.

 

En buena medida pareciera una bonita idea. ¿A quién no le gusta la historia de Robin Hood, un valiente forajido que viene a rescatar a los más pobres y oprimidos de los monstruos que habitan dentro de los grupos de poder o cúpulas? El problema es que todos necesitamos de pesos y contrapesos, de ser vigilados y observados. De lo contrario, el Robin Hood de hoy suele convertirse en el príncipe Juan sin Tierra del mañana. Dicho de otra forma: el carnicero de hoy, será el marrano de mañana. ¿Por qué? Simple, la democracia requiere de instituciones fuertes y sólidas. El exceso de poder en manos de un sólo hombre termina por destruirlo todo, incluido al que lo ejerce. La República nace como una expresión alternativa al de tipo monárquico, donde todo el poder era ejercido por una sola persona, algún rey, de manera indefinida y hereditaria.

 

En esencia, el populismo se construye a partir de negativos, de miedos y fobias que suelen ser sumamente poderosos por aquello que -real o imaginariamente- se piensa, amenazan. La historia del populismo es una de indios contra vaqueros, de buenos contra malos, de legítimos contra espurios. ¿Quién de nosotros goza de tanta perfección y divinidad para señalar aquello que es pecado o varita de virtud?

 

Irónico, chusco y grotesco, López Obrador y Donald J. Trump bien podrían ser compadres. Quizás la única diferencia y suerte para los americanos -es que por lo menos- Trump cree en la economía y la generación de riqueza, mientras que AMLO odia el dinero y detesta la abundancia, la perfecta maldición para cualquier mexicano y más aún, para los más pobres.

 

Los populistas son atractivos, encantadores de serpientes, incendian quemazones alrededor de antiguos y profundos miedos, dividen y polarizan. Pocos sentimientos tan poderosos como el propio miedo. ¿Resultados? Tanto en Estados Unidos, como en México, la herencia del maldito populismo es la división y odio entre unos y otros, nosotros y ustedes. Gracias señor presidente, por habernos regalado a los  “fifis” y a los “chairos”, sin duda seremos mejores gracias a tan constructivo concepto. La pregunta es: ¿ahora qué hacemos? ¿Nos matamos unos con otros? ¿Nos agarramos a pedradas, nos linchamos? ¿Qué sugiere? ¿Qué sigue? ¿Qué mexicanos sí merecemos existir y cuáles no?

 

Por si fuera poco, ¿hacia dónde vamos? Un México más pobre y con todas sus promesas de campaña incumplidas. Aquellos discursos chismosos, pegajosos y dicharacheros, han resultado hasta el momento, en una clara falta de capacidad, conocimiento y preparación para gobernar. Resulta que ir a la escuela y haber hecho la tarea sí es importante y sobretodo, urgente. 

 

Es cierto, los políticos deben recuperar la agenda de los ciudadanos y buscar resolver problemas muy concretos que el ciudadano de a pie, padece y sufre día tras día. Es tiempo que busquemos alternativas que puedan construir mejores condiciones para todos y no sólo para unos cuantos. Hablar de una nueva vía, es también una tarea pendiente. Por ahora, sólo nos queda rezar, con fe o sin ella, en espera de un milagro humano, marciano, extraterrestre o religioso, pero que al final del día, nos libere de la ignorancia, del miedo y del resentimiento, porque si algo nos ha enseñado la historia es que nada bueno crece en ellos. Por si fuera poco, López Obrador aún se niega a felicitar a Joe Biden tras haber ganado las elecciones rumbo a la presidencia de Estados Unidos. Menudo ridículo el que nuestro presidente está haciendo por decir los menos. ¿Ahora también hay “compló” contra Trump? !Bien decía mi abuelita, cría cuervos y te sacaran los ojos!

 

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