A 3 años, aún hay miedo por el sismo
Cuautla, Mor.- El 19 de septiembre del 2017 se suscitó un movimiento telúrico. Fue “drástico”, señaló el presidente municipal de Jantetelco, Juan Felipe Domínguez Robles.
Manifestó que antes del sismo, se contaban con direcciones de Protección Civil, donde prácticamente cualquiera trabajador asumía la responsabilidad; no había conciencia que “nos íbamos a arrepentir”.
Ese municipio, cercano al lugar al epicentro del evento, fue uno de los que resultó más afectado en el estado; al igual que sucedió en Tepalcingo, una parte de Jonacatepec, y muy poco en los de más arriba: Temoac, Zacualpan de Amilpas, Tetela de Volcán y Hueyapan.
La presidencia municipal y varios templos católicos se derrumbaron o sufrieron consecuencias. Lo mismo pasó con algunas escuelas, como la tradicional secundaria, ubicada entre Amayuca y la cabecera municipal, que aún está en reconstrucción.
En Cuautla, ese día, tres niños de la comunidad indígena de Tetelcingo se dirigían al campanario de la iglesia de “Nicolás de Bari”, para hacer el llamado a misa; uno subió; los otros fueron llamados por sus padres; el tercero nunca se imaginó que serían sus últimas campanadas que daría.
El sismo provocó el derrumbe de ese templo; entre los escombros, arrastró al pequeño (no mayor de 9 años). Por más esfuerzos que se hicieron, sólo se rescató un cuerpo inerte.
Mientras, trabajadores del ayuntamiento de Cuautla buscaban la salida; el asta bandera se colapsó.
Entonces, en las explanadas, escombros y pánico general. Las escenas se replicaron en la unidad habitacional del Infonavit-Tetelcingo: familias corriendo, bajando de los edificios, dejando todo…
Hoy, a tres años, los damnificados siguen a la espera de ser escuchados, de que al fin una autoridad, un funcionario se acerque, porque ya están “cansados de tocar puertas y más puertas”.
Ahí se ven los escombros, viviendas tiradas, escuelas, templos católicos...