Vidas
En opinión de César Daniel Nájera Collado
Me cuesta creer que vivamos en una sociedad con tantas personas hipócritas, pseudo moralistas, y sobre todo, incoherentes.
El pasado 16 de agosto, se suscitó una marcha en la Ciudad de México, conformada por miles de personas que se manifestaban en contra de la violencia hacia las mujeres, y cómo las “autoridades” han sido incapaces de garantizar su seguridad. Todo debido a que en los primeros 4 meses del año se registraron 1,199 feminicidios, según cifras del Secretariado Ejecutivo. Para tener más noción, el promedio de mujeres asesinadas por violencia de género es de una cada dos horas y media.
Durante la protesta hubieron disturbios, entre los cuales destacan grafitis al Ángel de la Independencia y una agresión en contra de un reportero (que por cierto, fue golpeado por un hombre). Sin duda, vandalizar monumentos artísticos no es admirable ni mucho menos, pero me causa demasiado conflicto que gran parte de la población se indigne más por este hecho que por las muertes. En un país donde se alaba a un hombre como Miguel Hidalgo, que asesinó junto con su ejército a miles de civiles en la Alhóndiga de Granaditas, se me hace sumamente hipócrita que se ofendan a tal grado por unos grafitis. En primera, no todo el movimiento feminista formó parte de tal acto, y en segunda, de verdad recomiendo analizar prioridades a esta sociedad superficial. ¿Qué pasaría si una de las víctimas fuera tu familiar, pareja o amiga? Es despreciable vivir en un país con violencia de género, y que las mujeres salgan a la calle con miedo. Dejen de preocuparse por paredes y empiecen a educarse en torno al respeto.