Repaso - Las escuelas al aire libre y la nueva ley de educación

Dos noticias generadas en el congreso local y relacionadas con la educación, llamaron en días pasados la atención, principalmente entre maestros.

La primera, que ha provocado en su mayoría reacciones negativas contra la diputada aliancista, Blanca Nieves Sánchez Arano, quien propuso un punto de acuerdo y logró el apoyo de sus homólogos, fue el exhorto a las autoridades educativas para crear la figura de “Escuelas al Aire Libre”, cuando el semáforo por Covid 19 esté en verde.

Si bien argumenta que experiencias de ese tipo se han llevado a cabo en países como Alemania y Bélgica, lo cual de ninguna manera garantiza que tenga buenos resultados en México, la propuesta de Sánchez Arano provoca, cuando menos, muchas dudas.

Hacer eso implicaría tomar en cuenta los espacios disponibles en cada plantel educativo, considerar el desplazamiento de mobiliario o sugerir modalidades pedagógicas para el trabajo de los alumnos, así como formas seguras para mantener en lugares adecuados los útiles escolares; implicaría también tener claro las modalidades de interacción grupal, de guardar la sana distancia entre chiquillos y otras muchas precauciones más.

La verdad, no creo que las autoridades del sector educativo les hagan caso. Los exhortos legislativos, me comentó alguna vez un abogado que se ha desempeñado como asesor parlamentario, son como las llamadas a misa: va el que quiere. No obligan, pues, menos si la propuesta a todas luces requiere una forma de organización escolar acorde con las circunstancias especiales imperantes. Porque, evidentemente, no se trata únicamente de sacar a los alumnos al patio y ya.

En realidad, tener a los niños a cielo abierto, aislados necesariamente, sin posibilidad de organizarlos en equipos o de fomentar el trabajo colectivo, el apoyo mutuo, la colaboración grupal, que son principios de la educación actual, no pasa de ser una ocurrencia, con todo y que se acuda a justificaciones de experiencias ajenas, presuntamente exitosas.

Como algunos profesores comentaron, ¿cuál es la prisa? Ya transcurrieron varios meses con la modalidad de trabajo a distancia y, pese a los obstáculos presentados, muchos opinan que lo mejor es esperar.

A Blanca Nieves Sánchez Arano se le ha cuestionado su desapego a demandas ingentes del magisterio. Proyecta incluso su alejamiento de las políticas sindicales, con todo y que la oportunidad de llegar a diputada local la recibió por parte del SNTE, con el apoyo de un influyente del Comité Ejecutivo Nacional y la aceptación de la secretaría general de la Sección 19, Gabriela Bañón Estrada. Su razón tendrá.

Lo desconcertante de su gestión parlamentaria es que centra su poca productividad en materia educativa en asuntos de poca relevancia, desentendiéndose, supongo, de temas torales como la nueva ley de educación del estado de Morelos. Si ha participado en ello, sería de manera marginal. Quienes han llevado la voz cantante, hasta donde estoy enterado, son las diputadas Tania Valentina Rodríguez y Alejandra Flores, presidenta de la Comisión de Educación y Cultura de la actual legislatura. La primera tuvo la amabilidad de hacerme llegar su proyecto de iniciativa de ley.

Desconozco hasta dónde se ha sociabilizado la iniciativa de ley que impulsa Alejandra Flores, quien sostiene que se han tomado en cuenta las propuestas recibidas para integrar una, la definitiva, que se someterá a la aprobación del pleno. Tengo la impresión que la expresión hegemónica de la Sección 19 se ha mantenido al margen, como si fuese un asunto ajeno a sus intereses y expectativas de gestión sindical. Se informó que fueron invitadas otras expresiones disidentes o de oposición, cuyos puntos de vista son respetables, pero no representan las expectativas que al respecto pudiera tener la inmensa mayoría del magisterio morelense, particularmente del nivel básico.

 La activa diputada de Morena, Alejandra Flores, sostuvo recientemente que para la primera quincena de diciembre estará lista la nueva ley de educación del estado. Ya veremos cómo la estructuraron.

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