Rebrota pugna en Tetelcingo entre INAH-población por templo derruido
Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la población de Tetelcingo, municipio de Cuautla, tendrá que pagar un millón de pesos de multa por haber terminado de derrumbar los restos de la parroquia de San Nicolás Tolentino, que fuera afectada gravemente en el pasado sismo del 19 de septiembre del 2017, y en donde falleció un niño, cuando fue sorprendido por el movimiento telúrico.
Uno de los mayordomos de esa capilla, Rolando Barrera Bollera destacó que a pesar de las intenciones de los pobladores de buscar recursos para la reconstrucción total de la parroquia, no pueden “ni mover una piedra del lugar”, porque lo impide el INAH. Explicó que el INAH estuvo en desacuerdo porque la población indígena decidió terminar de derrumbar los restos de lo que fuera la capilla, afectada hace ya 5 años por el temblor del 2017.
Por su parte, el ex delegado de la Delegación Política, Artemio Balón Tenango objetó que el INAH no entendió que la población no quería terminar de derrumbar la capilla de San Nicolás Tolentino, que ya había destruida caso en su totalidad por el sismo del 19S, “se hizo la acción porque había muchos riesgos, hay casas alrededor y se temía que los escombros de un momento a otro se vinieran abajo y se podría poner en riesgo a quienes habitan en el lugar”.
Reveló que desde el momento en que la población decidió terminar de derrumbar la parroquia, entonces el INAH prácticamente “pegó el grito al cielo”, por lo que se había hecho sin tomar en cuenta a la gente que les explicó a los funcionarios porque se había hecho tal acción. “Nosotros somos católicos, tenemos arraigadas nuestras tradiciones, no es posible que los funcionarios del INAH, piensen que lo hicimos porque capricho o por irresponsables, más bien, deberían de entender que se buscó proteger las viviendas que hay alrededor”, subrayó.
Ambos sostuvieron que los restos representaban un peligro para los habitantes de las viviendas de alrededor, porque en caso de que se terminara de derrumbar, seguramente habría afectaciones y hasta heridos o fallecidos pudo haber. “Eso es lo que le hemos dicho a los funcionarios del INAH, que entiendan porque se hizo lo que se hizo, era o fue por seguridad de los vecinos, ya había un muerto, un niño que iba a tocar las campanas, cuando sucedió el temblor”, revelaron.
Ahora, abundaron que no se puede hacer nada, a pesar de que la población busca rescatar su parroquia, por no pueden ni mover una piedra, “tenemos una multa de un millón de pesos, que resulta impagable para nosotros, ellos que van a hacer, suponiendo que se pagara la sanción, van a reconstruir nuestra capilla”.