Observador político - El Morelos ensangrentado

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político  - El Morelos ensangrentado

Concluye un ciclo de impunidad y violencia. Cuando parecía que el legado de violencia del gobierno de Graco Ramírez había alcanzado su punto más álgido, la administración de Cuauhtémoc Blanco demostró ser un oscuro capítulo en la historia de Morelos. La falta de compromiso y acción ante el creciente número de delitos ha convertido a nuestra entidad en un territorio donde la sangre se ha vuelto una constante, un signo de la incapacidad y, posiblemente, la complicidad de las autoridades en todos los niveles.

CIFRAS ALARMANTES.- Las estadísticas son alarmantes: en lo que va de 2024, Morelos ha acumulado 907 homicidios, y solo en agosto se registraron 74 nuevas carpetas de investigación por este delito; es decir, la violencia ha dejado de ser un eco distante; ahora triste y lamentablemente es una realidad que nos golpea a diario, como lo evidencian los recientes asesinatos que han manchado nuestras calles. Cada informe de un nuevo cuerpo encontrado, de una vida truncada, nos recuerda que el ciclo de impunidad sigue fortaleciéndose.

La forma en que se ha manejado la seguridad en el estado roza lo surrealista. Solo un ejemplo, en Jiutepec, el macabro hallazgo de manos junto a un narcomensaje no es solo un indicio del estado fallido de nuestras instituciones; es una advertencia de que la violencia no discrimina y que, en esta guerra, somos todos rehenes. Las víctimas son hombres y mujeres cuyas vidas fueron cercenadas sin piedad, y cuyas historias se ahogan en el silencio de un gobierno que parece más preocupado por mantener las apariencias que por proteger a su gente.

El reciente inicio de septiembre nos recibe con más asesinatos, y el escenario se torna aún más sombrío. La ejecución de un joven en Jiutepec, con dos balazos en la cabeza, o el hallazgo de restos humanos en condiciones atroces son solo la punta del iceberg de una crisis humanitaria que, al parecer, nadie quiere enfrentar. ¿Dónde están las estrategias efectivas? ¿Dónde la rendición de cuentas? Las respuestas parecen perderse en un mar de declaraciones vacías y promesas incumplidas.

El Dr. Mario Ocampo Ocampo, nuevo titular de la Secretaría de Salud, tiene ante sí el reto monumental de lidiar con las secuelas de esta violencia, pero su inexperiencia en temas tan delicados deja entrever una falta de rumbo claro. La salud y el bienestar de los morelenses deberían ser prioritarios, pero ¿cómo puede el sistema de salud funcionar cuando la violencia socava los cimientos de nuestra sociedad?

El pueblo de Morelos no puede seguir siendo espectador de un teatro del absurdo donde la violencia se normaliza y la impunidad reina. Necesitamos una acción contundente, un compromiso genuino por parte de las autoridades, que no solo escuche nuestras demandas, sino que actúe con firmeza para erradicar la violencia. Ya no podemos permitir que la sangre de nuestros compatriotas se convierta en el telón de fondo de un gobierno que parece haber olvidado su deber más fundamental: proteger a su gente.

INCONFORMIDAD EN LOS SERVICIOS DE SALUD.- Ante la latente inconformidad de los trabajadores sindicalizados de los Servicios de Salud en Morelos (SSM), por la grave situación que se vive al interior de esa dependencia, hecha pública por el dirigente seccional sindical, Gil Magadan Salazar, es lógico que la gobernadora electa Margarita González Saravia, quien está al pendiente de todo lo que sucede en Morelos, esté empezando a tomar las medidas necesarias para que el asunto no le vaya a reventar en los primeros días de su gobierno.

Cierto es que el servicio de salud, como todo mundo lo sabe, en fundamental en la vida de todas las personas, por lo que se debe mejorar sustancialmente en los venideros gobiernos federal y estatal, pero a decir al interior de los SSM poco bueno se ve venir bajo el mando del ya nombrado nuevo titular de la Secretaría de Salud, Dr. Mario Ocampo Ocampo, a quien se percibe muy novato en los importantes temas que tendrá bajo su responsabilidad.

Y es que la preocupación es seria y en los corrillos de la secretaria y de los SSM se espera que a la cabeza de esta última dependencia arribe un profesional de la medicina con autoridad moral entre el gremio y con una buena relación con la dirigencia seccional sindical, con la que prevalezca el diálogo y los acuerdos para fortalecer el servicio y la atención médica a la población morelense.

Hay médicos con las características necesarias para atender con eficiencia y eficacia la Dirección General de los SSM, son muchos loque hay en la entidad, pero de momento se me viene a la mente el subdelegado Médico de la Representación Estatal del ISSSTE, José Cabrera, profesional que en poco tiempo logró conciliar con la dirigencia sindical del SNTE en Morelos y remontó de la posición 20 al segundo lugar en el ranking nacional de subdelegaciones médicas de dicho Instituto.

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