Juego de manos - Del discurso a la violencia hay un solo paso

En opinión de Diego Pacheco

Juego de manos - Del discurso a la violencia hay un solo paso

La semana pasada, el subdelegado médico del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), José Manuel Mireles Valverde, volvió a la agenda mediática al contar una anécdota en la que se refiere a una mujer como nalguita, aclarando que esas “son palabras de él [protagonista de la historia], no mías. Yo las llamo de otra cosa, a lo mejor más fea, pero esas no son palabras mías”. El descontento ocasionado por las declaraciones machistas del funcionario llegó hasta la Cámara Alta, en donde senadoras y senadores exigieron la destitución del funcionario; y el presidente de de la República, Andrés Manuel López obrador, que exigió que el subdelegado se disculpara.

Este enfado no debería causar sorpresa, habiendo pasado apenas unas cuantas semanas desde la llamativamarcha feminista de la Ciudad de México y a un par de días de una Marcha del Silencio por las Mujeres Asesinadas, realizada en la misma ciudad.

Se ha resaltado hasta el cansancio dentro de este espacio cómo el lenguaje es el punto de inicio de la violencia, tómese como ejemplo el discurso racista de Donald Trump que ha llegado a desencadenar tiroteos masivos en lugares públicos en contra de la comunidad mexicana; las burlas homófobas replicadas por generaciones que han obligado a personas no heterosexuales a ocultar su realidad por miedo a ser agredidos física o psicológicamente; y los mensajes misóginos y machistas, como el del señor Mireles, que reproducen un sistema violento que objetivizan a la mujer.

Sean palabras propias o ajenas, es responsabilidad de todo servidor público cuidar su lenguaje, especialmente en temas sensibles y actuales, como lo son hoy los derechos y la violencia contra la mujer. Un lenguaje agresivo en boca de un servidor público es muy peligroso pues, para oídos no entrenados, estas declaraciones pueden tomarse como una justificación del lenguaje misógino y machista, al estás volverse “oficiales” en el momento en que salen del cuerpo de un funcionario.

Al día de hoy, el funcionario ya ha ofrecido disculpas por su lenguaje y se ha inscrito a un taller sobre “expresiones de género”; sin embargo, el problema va más allá de disculpas y cursos, el problema es que actitudes de ese tipo no deberían tener lugar dentro de la administración pública. Desde un principio, quienes ostentan cargos en gobierno debensaber el impacto que pueden tener sus palabras, y aspirar a generar un bien en la sociedad, no a agudizar problemas preexistentes y visibles. La irresponsabilidad en esto puede entorpecer las labores de reconstrucción del tejido social y concientización que se busca generar en la población.

Por ello, veo necesario no solo que se sancionencon una destitución, talleres en materia de género, etc. a quienes violenten o reproduzcan conductas violentas para nuestra sociedad; sino también que se dé a la tarea de generar consciencia sobre las problemáticas que enfrenta el país en la esfera social desde temprana edad; y que se tenga en trabajos contantes a los miembros actuales y futuros del gobierno para brindarles el conocimiento necesario para evitar estas conductas individuales, y combatir las colectivas.

No se necesita esperar hasta que un funcionario haga señalamientos misóginos para darle un taller sobre género, el respeto a la mujer no se tiene que formar a la edad adulta, ello tiene que ser parte de la educación formativa de los individuos. No solo para que estos mensajes se dejen de reproducir, que sería lo ideal; sino para que, en caso de que se expresen, podamos ser capaces como sociedad de darnos cuenta de por qué son dañinos.

Mientras sigan existiendo nalguitas y pirujas, seguiremos viendo acosadas y asesinadas. El problema es sistemático, y  se tiene que atender de raíz.

 

Historias de ultratumba

A más de cien años de su muerte, los gritos de Francisco I. Madero se escucharon retumbar por las paredes del Monumento a la Revolución; mientras que la frase “¡Sufragio efectivo, SÍ reelección!” hacía eco en las paredes del Congreso del Estado de Tabasco, por un enérgico Charlie Valentino León Flores, diputado local por MORENA.

Lo anterior durante su participación en la sesión legislativa del 10 de septiembre, en donde hizo un llamado a los tribunales y las cámaras de México para eliminar el artículo 83° constitucional, que establece la duración de 6 años del mandato del presidente. Desde su perspectiva, el bien ha llegado al país, y el pueblo exige que Andrés Manuel se quede otros 6 años.

Aquí hay de dos: o la propuesta se hizo con el conocimiento del presidente, con el fin de sentir la opinión pública o por cualquier motivación perversa, que parece muy dudoso; o fue, cómo dice el diputado, una idea propia y espontánea. El segundo caso, que es el más probable, deja en una posición incómoda al ejecutivo. La reelección de López Obrador ha sido un miedo constante de los más escépticos a su gobierno y a sus ideales, y herramienta de golpeo para sus más insistentes ¿o mañosos?críticos.

 

A propósito de la fecha

Por cierto, feliz día de la Independencia. Vale la pena aprovechar esta fecha para reflexionar los procesos históricos por los que hemos pasado desde el momento de nuestra conformación como país, todos, por ello me refiero a todos, no solamente las llamadas 3 transformaciones. Es buen tiempo para reflexionar hacia dónde queremos ir, y el papel que nos corresponde dentro de la sociedad, y los pasos que para llegar a dicho fin.

 

Festejemos juntos en:

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