Diagnostican con depresión a la menor, presunta víctima de abuso

(2a de 2 partes) La menor que señala al profesor Alexander "N" de haber abusado de ella sexualmente, en tres episodios acaecidos entre finales de octubre de 2018 e inicios de abril del año actual, ya fue diagnosticada con depresión, con pensamientos suicidas, por el área psicológica y psiquiátrica de la Fiscalía General del Estado, en la región oriente, informan sus familiares.

La estudiante era una alumna sobresaliente, con un promedio de nueve de calificación, siempre atenta a sus estudios, su única ocupación. A pesar de vivir a sólo tres cuadras del plantel No 3, del Colegio de Bachilleres del Estado de Morelos (Cobaem), en Oacalco, Yautepec, invariablemente era acompañada por sus padres, tanto a la entrada, como a la salida. No contaban ellos con que los abusos contra ella se darían en horario de clase.

En una ocasión, el padre de la joven la vio salir de las instalaciones escolares junto con Alexander "N". Nerviosa y temblorosa, al enfrentar a su papá, ella debió responder quién era el adulto y por qué egresaban juntos. "Es sólo un maestro", alcanzó a señalar titubeante la menor.

El rol de la esposa

Según el recuento que nos proporciona la familia, la esposa del mentor señalado tuvo una participación activa en este caso, de distintas maneras. En las dos ocasiones cuando los encuentros se dieron en un hotel, y durante éstos, el maestro comunicaba telefónicamente a su esposa con su alumna, ante problemas fisiológicos que él experimentaba, a fin que la consorte pudiera sugerir a la menor acciones concretas para favorecer la relación. Aclararon, sin embargo, que no se tienen evidencias aún de contacto físico entre las dos mujeres.

Posteriormente, de forma periférica al tercer encuentro, la esposa también participó en el convencimiento comandado por Alexander "N", sobre la opción de que los tres involucrados pudieran ir a vivir a Canadá, donde la gente es "abierta y no se espanta con este tipo de relaciones", se insistió en reiteradas ocasiones a la estudiante; esto, cuando se concluyera la educación media, y la joven alcanzara la mayoría de edad.

Este escenario no fue atractivo para la menor seducida, que se sentía a ese punto ya enferma por lo vivido en los meses previos. A inicios de mayo de este año, cuando no pudo más con la presión generada en al menos siete meses de una relación dañina, decidió hablar con sus padres y solicitar su auxilio.

No lo podemos separar: Cobaem

El supuesto abuso sexual que el mentor Alexander “N” cometió puso en evidencia que la autoridad de ese subsistema no ha hecho nada para proteger a la menor, y no ha querido o podido asumir medidas para defender a la joven afectada.

 En cambio, el respaldo al profesor acusado ha quedado patente.

Una fuente oficial de la propia dirección general del Cobaem justificó lo acontecido, parcialmente, como algo debido a la ambigüedad de los estatutos del subsistema. En su contenido, no esclarece un código de ética, que regule el comportamiento de los profesores con los alumnos. En ese sentido, se aceptó que se necesitan reformas, cuya propuesta está siendo revisada en oficinas centrales.

El profesor continúa trabajando, se nos reveló, porque no se puede sancionar en tanto no se determine su culpabilidad. Sus derechos están siendo protegidos por el sindicato.

También se estableció que se necesitan agotar las dos audiencias a que tiene derecho y, con base en la información que se vierta, se establecerá un veredicto definitivo; esto, al margen de la carpeta de investigación que se encuentra en la Fiscalía General del Estado, a raíz de la denuncia interpuesta por los padres de la adolescente.

Asimismo, se agregó que en esos procesos se allegan elementos; de ningún modo se carean las partes. Se trata de procedimientos de análisis de los acontecimientos, de donde emergen las decisiones.

Se recordó que la Comisión de Derechos Humanos del Estado emitió una recomendación, mas no tomó en cuenta los privilegios que cada docente tiene. No se aceptó, sin embargo, y según la perspectiva de la dirección general del Colegio, que se lo esté protegiéndolo, como se ha difundido en la opinión pública.

La misma fuente aclaró que las comparecencias internas tienden a prolongarse, a consecuencia de distintas variables, como: ausencia del profesor, permisos expedidos, días inhábiles, festivos, entre otros.

Además, en el Contrato Colectivo tampoco se pormenoriza alguna restricción hacia los profesores, en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En ese tenor, se adujo que, si es el caso, el castigo podría ser el despido del maestro, pero hasta que quede fehaciente su culpabilidad.