Demandan la intervención de los gobiernos para exterminar al pez diablo
Cuautla, Mor.- Familias de pescadores del poblado de Nexpa, municipio de Tlaquiltenango, solicitaron la intervención de los gobiernos federal y estatal para exterminar una plaga de pez diablo, que invadió el delta que conforman los ríos de Apatlaco, Yautepec y Amacuzac, lo que afecta su actividad, al ser un depredador de la mojarra y el bagre que son las especies que ellos atrapan para su venta y consumo.
La ayudante municipal de esa comunidad Matilde Ramírez Díaz, manifestó que desgraciadamente ese pez, que no es nativo de Morelos sino una especie de Brasil, conocido científicamente como “Hypostomus Plecostomus”, es común que se venda en acuarios. Explicó que la especie suele alimentarse de algas y desechos de comida, por lo cual muchos le llaman "limpiapeceras".
Dijo que el problema es que, al crecer, muchas personas les abandonan en ríos o lagos y eso causa su diseminación, “es lo mismo que está pasando en comunidades como la de Nexpa, en donde nos estamos enfrentando a este depredador de la mojarra y el bagre, que son los peces que tienen una gran demanda por su tipo de carne”.
Según especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el “Hypostomus Plecostomus” o pez diablo se adapta con facilidad, pues a diferencia de otras especies es "muy paternalista", es decir, cuida que sobrevivan la mayoría de los huevecillos que deposita la hembra. Esta costumbre también es un riesgo, debido a que el pez diablo protege celosamente su territorio, lo que impide desovar a otras especies.
Por eso, indicó la representa comunitaria es urgente que intervengan tanto la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la de Desarrollo Agropecuario del Estado, para buscar alternativas, porque esa especie no es de consumo, contrario a los que sucede con la tilapia y el bagre.
Sostuvo que antes de que se registrara el fenómeno de crecimiento o reproducción del pez diablo, los pescadores de la zona obtenían más de 7 kilogramos de mojarra y bagre, lo que les permitía a las familias vivir de manera un poco más holgada. “Ahora el problema es que no se puede tener una buena cosecha de mojarra y bagre para la venta y consumo de las mismas familias de los pescadores, culminó.