Claman mujeres justicia y una vida libre de violencia
En el marco de la instalación del Parlamento de Mujeres 2020, en sesión solemne de Pleno del Congreso
La condición de la ¨igualdad sustantiva¨ consiste en el ejercicio pleno de los derechos, más allá de etnias: Mújica
En el marco de la instalación del Parlamento de Mujeres 2020, en sesión solemne de Pleno del Congreso, diversas féminas clamaron justicia y una “vida libre de violencia”. Empero, “el trayecto ha sido tortuoso”.
Ahí, a nombre del sector, Blanca Estela Mújica Martínez dijo, ante los representantes de los tres poderes, que no es posible una “igualdad literal”; hay divergencias biológicas. La condición de la “igualdad sustantiva” consiste en el ejercicio pleno de los derechos, más allá de etnias, “dinero, credos o algo ajeno a la libertad”.
Asimismo, exigió una vida libre de vejaciones. Exigió a las autoridades atender sus “legítimas demandas”. Precisó que el 66.1 por ciento -de 15 años o más- ha sufrido un evento de violencia o discriminación. La emocional escala un 49; en tanto, la económica: 29; física: 34; sexual: 41.3.
En Morelos: 44.1 por ciento “sufrió” violencia en pareja. Soportan violaciones en los ámbitos emocional, físico y sexual. El 78 por ciento padece violencia física; no hay denuncia. “¡Basta de esta situación!”, gritó. Es un momento propicio para una “proclama” en pro de los derechos. “No es un borrón y cuenta nueva”.
Los pueblos tienen diversas formas de pensar. No a la exclusión, por el hecho de las diferencias en pensamiento. En “Los sentimientos de la nación”, redactados por José María Morelos, se enaltecen las virtudes. Así, es tiempo de “cerrar los vicios que nos destruyen…”, inquirió.
Y concluyó que, en lo sucesivo, no estarán “ni quietas ni calladas”; sólo “inquietas”.
Por su parte, Agustina Toledo Hernández hizo alusión al abuso que han tolerado las mujeres indígenas. Ergo, retomó el tema del sufragio, que se volvió universal en 1953, en México. Asimismo, expuso que sufren denuestos y “desprecios”. Las féminas no pugnan por la discrepancia. “Queremos que a los depredadores sexuales” se les castigue “de por vida”. Empero, los jueces los dejan fuera, por dinero o corrupción.
Que los sistemas de salud, educación y empleo se otorguen, por medio de las instancias públicas… No hay “azul y rosa”. No “existen colores”, sino uno solo. “Dejamos de comer, por darle a la familia”.
Maritza M. Castro Mendoza externó que un signo de la mujer es la “dedicación”; pese a la beligerancia; salen adelante, cuidando “a sus hijos”. Los hombres aún violentan los derechos. De ahí la necesidad de replantear nueva políticas, al crear un centro de familia.
Patricia Mariscal Vega, en su oportunidad, adujo que no se logran divisar cambios “sustanciales”. La marcha de este lunes da cuenta de las demandas; las empresas deben ser flexibles. “Somos el batallón”, en general. Pero, estamos “atrás”. Ya no al adagio popular. “Al lado de un gran hombre hay una gran mujer”. Se requieren cambios en las leyes. “No podemos seguir así”.
Antes, Galia Shannthall Tonella se pronunció por la erección de “un mundo de paz y armonía”. El peor enemigo: “la crueldad”. Algunas han tomado posiciones “masculinizadas”. Es preciso, así, erradicar el machismo y “hembrismo”.
Propuso evitar conductas sectarias; “la lógica irracional”, que ha dañado el equilibrio. “No sabemos qué es la equidad de género”. Los hombres no son los enemigos. Hay correspondencia de obligaciones.
Luego, hizo alusión a diversas féminas, como Marie Curie (científica), Rosario Castellanos, Sor Juana Inés, Martha Lamas; las amas de casa, las políticas, las activistas; las presas… “No nos vamos a detener…”.