Caricatura Política - Cancelación de ojos

En opinión de Sergio Dorado

Caricatura Política - Cancelación de ojos

Hoy hay que aprovechar que uno sigue coleando en este mundo para expresarle a usted, estimado y único lector, mi ignorancia sobre “ley” (Así, con minúscula y entrecomillada la palabra para distinguirla bien de las demás sandeces que siempre escribo; y claro, si usted, estimado y único lector, no tiene ningún inconveniente, porque si lo tiene…). Claro que sé que hay tres poderes en México, uno judicial, otro legislativo; y el último, ejecutivo. No soy tan güey, tampoco, pero lo explico porque mi conocimiento es somero y el tiempo no desea, de ninguna manera, empantanarse en el galimatías que tiene México en materia de justicia. ¡Qué pereza!

Digo, porque a mí me cae en la punta del humor que de pronto un político “N” aparezca en los medios con algo cruzado en los ojos para no ser reconocido. A poco no mueve a risa (¿O acaso se me cruzan los cables, como a veces mi vieja me reprocha? Porque aquí, como en Las Mañaneras, cabe cualquier opinión mientras no se enfade Cuauhtémoc  o el “Lobito” que habita las tundras del “Papagayo” y hace coraje al soñar trajes de baño en público).

Pero a mí me caga de risa -le soy franco, y si me permite usted la enorme palurdez del chaparrito lápiz con el que esto se escribe, imaginar a la exdiputada de la 53, Beatriz Vicera Alatriste, con los ojos cancelados en la foto aunque a sabiendas que ella, para la prensa, es más bien frondosa, lo que a todas luces contradice la fibrosis pulmonar con la cual argumenta no asistió a la audiencia pasada instruida por la Fiscalía. Imagínesela usted (¡Haga algo, carajo!) en tales condiciones y retratada en la zona roja de los diarios, cachetona entubada a una silla… –aunque los fifíes indefinidos dicen que el tanque de oxígeno lo tenía bajo el trasero-, toda ella con muestras de haber comido un chingo de hamburguesas con rajas en vinagre y sin pepinillo ni lechuga. (El fifí deslenguado del barrio, a propósito, afirma que ella trae buen abogado. Y al chaparrito lápiz mío no le parece tal comentario y hasta gruñe: “¡Sepa qué tan bueno será como Licenciado ese mono, pero de que disfraza poca madre a sus clientes, los disfraza!”).

Pero yendo ahora a lo medular científico de la ley, de la cual ya me he declarado un pendejo, y a usted le consta; lo que entiendo del Libro de la Leyes que en cuanto usted como sospechoso es vinculado a proceso, de inmediato le cancelan los ojos y le rebautizan con un apellido que siempre empieza con “N”, aunque todo Morelos sepa de quién se trata;¿Por qué a poco no lo de Vicera Alatriste no es como cuando uno bromea con un infante al que hace cosquillas en la panza y pregunta: “¿De quén con echach lonjichach?”y “¡aquí tá!”

Por eso aprovecho el medio para solicitar a algún experto en “ley” de Morelos -que no cobre- me saque de la duda razonable, porque eso de vivir con la preocupación… Por lo cual, además, añado que si nadie contesta a mi humillada petición de auxilio, entonces asumiré que tengo razón en cuanto al binomio sospecha-vinculación; y si no, por ahí me buscan en face, por favor; aunque en pago por la molestia, y siempre pensando en usted como el beneficiario importante de la noticia, le concedo el honor de que cierre usted la última sandez mía y sólo mía imaginándose a la “Tencha N”, al “Paquirrín N” y al “Julín N” con los ojos cancelados. Y También a “Alvarito N” y al perro “Beto N” y a la “Chivita N”, también con cancelación de vista. Y así la hilerita zoológica que muerde en serio hasta lo lejos y luego llora feo.

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Ojalá Gerardo Becerra Chávez de Ita no quite el dedo del amate, y como fiscal contra la corrupción, ya se haga justicia en un estado al que tumultuosamente han violado los políticos a plena luz del día, con tanto cinismo como el de Maximiliano II quien asesinó dos líderes del comercio en el mero corazón de Huitzilopochtli, el que, con penacho de roca y para su información, bebe sangre como usted cerveza. Y ya con una cuarta de hematoma fermentado en las arterias y unas papitas fritas picositas con limón, el mismo “Huichi”, se pone poético y desearía que fuera así de eficiente todo el equipo de gobierno del bajo Aztlán,porque así seríamos bien chingones. Pero el “Águila que Cae” y la sota de bastos nomás puro güigüiri con seseo castizo y todo lo acordado entre ellos sólo habita en las hojas de Tomas Moro.

Y a propósito, ¿Graco “N”, cuándo?