A Nivel Banqueta - Cuernavaca y los candidatos torpes

En opinión de Francisco Valverde Prado

A Nivel Banqueta - Cuernavaca y los candidatos torpes

Lo que estamos viendo en Cuernavaca no tiene precedentes. El nivel intelectual  de los candidatos que aspiran a gobernar esta ciudad, es muy semejante al de los hermanos lelos. En redes sociales, uno los lee para conocerlos, descubrir sus propuestas y futuros proyectos; sin embargo, uno se topa con una triste y amarga realidad, nuestros candidatos son bestialmente tontos. Algunos de ellos postean fotos reparando raquetas mata moscas; otros, fotos en vestimentas parecidas al del fallecido Tío Gamboín, otros más, nos preguntan amablemente cómo va nuestra tarde y el que llegara al último, el candidato del nuevo partido de “Los Maricelos”, nos pide perdón por no haber llegado antes. ¡Dios, si en verdad estás ahí, ten piedad de nosotros!

Lo único cierto es que en las campañas rumbo a la presidencia municipal de Cuernavaca, lo que falta son las legítimas aspiraciones que debería tener cualquier ser humano con deseos de gobernar. Requieren un proyecto ideológico acompañado de acciones que puedan (potencialmente) mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. En otras palabras, el verdadero ausente el próximo 6 de junio habrá de ser el IQ y cualquier otra posible manifestación de inteligencia.

Mientras que para el filósofo alemán, Georg Wilhelm Friedrich Hegel , la historia política es un concepto del estado como una fuerza moral y espiritual más allá de los intereses materiales de sus súbditos: de ahí se sigue que el estado es el principal agente de cambio histórico. Para los aspirantes a gobernar La Ciudad de La Eterna Primavera, la política es el medio para obtener un poco de reconocimiento y visibilidad. Es la forma de pseudo alimentar un autoestima de muy baja envergadura y un amor propio que no logró ser desarrollado en el proceso natural de crecimiento de cualquier individuo.

Por más que uno quisiera ser positivo, optimista o tener fuertes sentimientos de esperanza, resulta muy difícil. Si algo nos ha enseñado la historia es que un ego lastimado, carente y con fuertes deseos de reconocimiento, termina por hacer del cargo para el que fue elegido, una enferma solución a sus problemas de baja autoestima.

Si algo bueno puede dejarnos una contienda con más de una quincena de candidatos a gobernar nuestra ciudad, es la urgente necesidad de recuperar la política como materia de estudio, ciencia y parte fundamental de aquello que nos define como seres humanos.

Cuando hablamos de la ciudadanización de la política, se trata de llevar la agenda de los ciudadanos al poder y no de hacer de cualquier impresentable, un político.

Vivimos una gran crisis de liderazgos, de personas que sí hayan hecho la tarea, de seres humanos resueltos y listos para representar los intereses de las mayorías, que puedan hilar una idea o pensamiento, capaces de entender la realidad que vivimos y sus posibles consecuencias. Mientras que la ciudad de Cuernavaca se encuentra colapsada por la falta de agua, de seguridad y un proyecto de ciudad que nos permita salir del atolladero, los posibles aspirantes a gobernarla, postean videos con los contenidos más torpes posibles, con fotos de animales o frases motivaciones, ¡eso es no tener madre! Es no entender el momento histórico que tenemos frente a nuestras narices, es, en esencia, ser un muy tonto ser humano. ¡Que Dios se apiade de nosotros!

Hoy, ser político no sólo es sinónimo de corrupción y enriquecimiento ilícito, ahora también es profesión que avergüenza y comunica una gran frustración. 

 

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”. Albert Einstein

 

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