Carteros siguen presentes en nuestra vida cotidiana
Cuautla, Mor.- Aun a pesar de que tienen que enfrentarse a un enemigo que los empezó a desplazar por medio de la tecnología y de que han tenido que trabajar a pesar de la pandemia del coronavirus, los carteros siguen presentes en nuestra vida cotidiana. Con menos cartas entregadas, de esas que se escriben con puño y letra, y que eran regularmente de amor, y hasta de despedida, las misivas llegan a los lugares a donde son enviadas.
Alfredo Ramírez Anzures tiene 30 años trabajando como cartero, durante todos estos años ha recorrido gran parte del estado de Morelos, llevando mensajes y entregando correspondencia o los estados de cuenta y hasta el recibo telefónico, a miles de personas. Manifestó que la situación actual de los carteros es un poco difícil porque ya no es el trabajo de hace años, por la tecnología que empezó poco a poco a desplazarlos en la entrega de cartas.
Observó que ellos tienen que enfrentar otras competencias además de la tecnología, por las nuevas empresas que se dedican a la entrega de paquetería, lo que obligo, de alguna u otra forma al Servicio Postal Mexicano (Sepomex) a también modernizarse. “Es aquello de que te modernizas o mueres”, resaltó, porque también se inició una competencia en entrega y envío de paquetería, con tiempos largos o cortos de llegada.
Explicó que en paquetería Sepomex cuenta con 2 tipos de servicio, el llamado primario, que es el más largo, con mucho menor costo; “el tiempo de entrega puede ser de entre 15 a 30 días, según el destino”. El otro es más rápido y tarda alrededor de una semana, con mayor costo, aunque “eso sí competimos con las grandes empresas de envío y entrega de paquetería, además de que es en forma directa en el domicilio”.
Actualmente, recuerda que ya no usan aquellas bicicletas que al tiempo de trabajar les servía para hacer ejercicio, ahora se cambiaron por las motocicletas que son más rápidas y les permiten abarcar un mayor número de hogares. Siguen, abundó, en algunos casos dándose a conocer a través de ese silbato especial que llamaba la atención de las personas, sobre todo de los enamorados que ansiosos, esperaban la carta de sus seres queridos.
Expresó que antes de salir, con sus compañeros se ponen a escoger las cartas y los envíos, además de la paquetería, que tiene que ser entregada; “cada uno de nosotros ya sabe su ruta, así que tomamos lo que nos corresponde y a montarse en la motocicleta para hacer la entrega”. Relató que el oficio de cartero no es fácil, todavía nos persiguen los perros, y a veces hay que enfrentarse a delincuentes que los llegan a sorprender.