A Nivel Banqueta - La Cuerna de Netflix
En opinión de Francisco Valverde Prado
En días pasados muchos de nosotros descubrimos varias escenas de Cuernavaca en la ultima temporada la serie Narcos, disponible en la plataforma de entretenimiento, Netflix.
En dicha serie, se descubren partes de la colonia Antonio Barona, la glorieta Benito Juárez y residencias al norte de Cuernavaca.
La Eterna Primavera ha sido inspiración para obras como la escrita por Malcolm Lowry: Bajo el Volcán. También el lugar de residencia de múltiples celebridades de fama internacional; por nombrar algunas: el Sha de Irán, Robert Brady, Diego Rivera y Dwight Morrow. Mucha de la historia de oro de nuestra Cuernavaca, ha quedado en un romántico y nostálgico pasado.
¿Cómo llegó la capital del estado de Morelos a Netflix?¿Por qué filmar en Cuernavaca escenas de Ciudad Juárez? ¿Qué tiene nuestra ciudad que retrate a cuerpo entero una urbe violenta y en estado de descomposición?
Las calles de nuestra ciudad hoy lucen en total abandono y olvido. La arquitectura del miedo ha terminado por apoderarse de nuestros espacios. Nada de esto es casual ni tampoco un hecho aislado. Cuernavaca se parece mucho a una ciudad fronteriza. Primordialmente por ser habitada por una población migrante y en continúo movimiento entre el estado Guerrero y la Ciudad de México.
Como muchas otras ciudades de nuestro país, Cuernavaca perdió su identidad y sentido de pertenecía. La Cuernavaca de Malcolm Lowry es hoy la ciudad que da vida a la serie Narcos. Este cambio no ocurrió en algunos meses, par de años o semanas. La destrucción de Cuernavaca se viene gestando hace décadas. En esencia, la capital de Morelos es hoy un reflejo de quienes la habitamos. Nuestra clase política tampoco ha ayudado mucho más bien nada. Pasamos de tener gobernantes de la talla de un David Jiménez a una caricaturesca botarga apodada Lobito.
Sin ánimos despectivos y mucho menos clasicistas, Cuernavaca se ha ranchificado. Nos hemos convertido en urbe en donde los ambulantes, las chelerías y todo lo que tenga que ver con ilegalidad, ha crecido como la espuma. Por mucho que nos duela, Cuernavaca se ha podrido.
Es cierto, Cuernavaca se puede recuperar, ¿pero cómo? Por lo pronto, estamos a días de un nuevo ayuntamiento y difícilmente se logrará mucho con la promesa de recuperar el control de nuestra policía municipal. ¿Cómo puede una ciudad como Cuernavaca contener la violencia que la propia federación no ha podio? ¿Tontos, ilusos o ingenuos?
A Cuernavaca le duele la falta de planeación a corto, mediano y largo plazo. Mucho de nuestro problema también radica en personajes que confunden la presidencia municipal con la presidencia del mundo mundial. Soberbios, acomplejados e inseguros suele ser el perfil de nuestros alcaldes postmodernos. A Cuernavaca no la salvará ningún hombre por sí mismo, salvo un profundo movimiento de ciudadanos organizados.
Duele decirlo pero no esperemos mucho de la próxima administración municipal. Un José Luis Uriostegui entre Morena y Blanco, sólo podía apoyarse en ciudadanos con un profundo arraigo y reconocimiento dentro de nuestra comunidad; sin embargo, su decisión ha sido apostarle cien por cierto a las elites partidistas pero no ciudadanas. Grave error y recuerden mis palabras guayabitos.
La Cuerna de Narcos, ha llegado para quedarse y sólo un milagro ciudadano podrá cambiarlo.
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