Juego de Manos - Discursos y campañas

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Discursos y campañas

Con el arranque de las campañas locales, la totalidad de las estructuras, de los partidos y personajes políticos, en el estado se movilizarán en favor de sus corcholatas. Asimismo, los mensajes, que no se han hecho esperar, se intensificarán para alcanzar los oídos de todas las personas posibles.

 

La comunicación de las candidaturas parte de estrategias distintas que se desprenden, respectivamente, de las campañas de sus candidatas y candidato federales. El optimismo y el pesimismo son los dos extremos desde los que se juega, en favor o en contra, del régimen actual. Vamos por partes.

 

La candidata Morenista, Margarita González Saravia, ha centrado su comunicación en el combate a la corrupción, el cambio de régimen previo a López Obrador y el apoyo al pueblo. Su comunicación apuesta a la esperanza de un futuro mejor, el cambio de paradigma y la continuidad del proyecto del presidente López Obrador. Conciencia social, equidad social y progreso compartido son algunos de los adjetivos que podrían resumir su campaña.

 

Por su parte, la candidata opositora, Lucía Meza, tiene como eje discursivo la seguridad y la dignidad de Morelos. Desde sus mensajes, llama al combate férreo al crimen organizado, con la finalidad de consolidar la tranquilidad de las y los morelenses. Su tono es combativo y enérgico, y hace uso de símbolos de Morelos para reforzar su discurso.

 

Finalmente, la abanderada de Movimiento Ciudadano, Jessica Ortega, emite mensajes al unísono del partido. Lo nuevo, el cambio y el relevo político son los emblemas fosfo-fosfos. Sin duda, la estrategia y la implementación de la comunicación naranja es mejor que la que llevan a cabo sus contrincantes.

Quienes llevan el manejo de la comunicación de MC conocen del tema y apuestan al dinamismo, a diferenciarse y a apelar a las preferencias del sector joven.

 

No obstante, la técnica de la comunicación no es suficiente para hacerse de la preferencia del electorado. Los mensajes bien ejecutados son importantes, sí, pero también lo es el trabajo en tierra, la construcción y mantenimiento de estructuras y el peso de los partidos políticos (en positivo o en negativo) juega un papel clave en el éxito de una contienda electoral. En esta elección, la competencia es entre dos bandos políticos. En 6 años, veremos cómo se mueve el tablero político.

 

¿Y los programas sociales?

 

Un punto interesante. Uno de los debates más férreos de esta contienda se enfoca en el futuro de los programas de apoyo social. Esta ayuda, que busca atender las necesidades de diferentes sectores sociales, es uno de los estandartes más fuertes del oficialismo y, a su vez, centro de la discusión con los partidos opositores, que aseguran que durante sus gobiernos implementaron las bases de estos.

 

Más allá de los dimes, diretes, o de los intentos de cobrar derechos de autor; ha sido un acierto del grupo en el poder apropiarse —en la narrativa— del impulso, consolidación y salvaguarda de estos programas. Esto, a pesar de que ya se encuentren establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El control y manejo de la narrativa tiene un efecto importante en la percepción de las personas. Mientras este se mantenga en manos del partido en el poder, y los conflictos internos reinen en bandos opositores, será difícil hacerle frente en el campo de batalla discursivo a Morena y sus aliados.

 

La decisión en el horizonte

 

Faltan 50 días para la votación que definirá el futuro de nuestro país, nuestra entidad federativa y nuestros municipios. En juego estará el puesto más importante del ejecutivo nacional, que tomará las decisiones que fijen el rumbo político, económico, social, internacional, administrativo, entre otros, de México. Con esta decisión se fijará la ruta que recorrerá la nación durante 6 años.

 

Asimismo, tendremos en nuestras manos el poder de elegir a las personas que representarán a nuestro estado en la toma de decisiones en el Congreso de la Unión. La propuesta, aprobación (o no), reforma y derogación de leyes; así como el fundamental trabajo de designación de las personas que integren los distintos organismos autónomos o descentralizados que componen el ecosistema nacional; son algunas de las responsabilidades de las y los legisladores federales que estamos por elegir en menos de dos meses.

 

Finalmente, a nivel local, en nuestras manos estará el decidir quien tendrá el control del ejecutivo estatal y el aparato del estado; así como lo correspondiente a 33 presidencias municipales y 12 diputaciones locales de Mayoría Relativa (que, a su vez, definirán 8 diputaciones de Representación Proporcional).

 

La decisión en el horizonte no es menor, y la responsabilidad que tenemos como ciudadanos y ciudadanas es mayúscula. Con el arranque de las campañas locales y, a partir de ello, la activación de todas las contiendas en las que tendremos injerencia las y los morelenses, será muy importante mirar con ojos críticos y oídos atentos, los mensajes y las acciones (junto con su trasfondo) de las y los candidatos que buscan hacerse de nuestro apoyo en las urnas el próximo 2 de junio.

 

Por cierto

 

Un fenómeno interesante. A partir de la exposición longeva (mayor a lo que estábamos acostumbrados) a mensajes políticos de personajes y partidos, en antelación al proceso electoral de este año, la campaña se siente desgastada, repetitiva y, en cierta medida, aburrida.

 

La pregunta ahora es ¿Cómo reanimar el ánimo electoral? Redes sociales, mítines y canciones pegajosas se han desgastado a lo largo de los meses previos y, más allá de los votantes duros de cada bando político, el reto estará en hacerse de la simpatía de las y los votantes indecisos, muchos de los cuales han sido saturados hasta la empatía por mensajes políticos.

 

Diferenciarse en el mar discursivo y destacar entre las masas es un reto mayúsculo:

diegopachecowil@gmail.com