Balacean a edil de Ocuilan por grabar a talamontes
Bandas criminales de taladores y asaltantes son los responsables del atentado en contra del edil de Ocuilan de Arteaga, Estado de México, tiroteado en las lomas, -de lo que antes fue bosque-, en Zempoala, en la que resultó ileso, gracias al apoyo que le brindaron policías de tres patrullas que lo escoltaban.
A punto estuvo de perder la vida el funcionario municipal que se sintió traicionado por los gobiernos del Estado de México y Federal, a quienes les pidió ayuda desde el 1 de noviembre del 2017 cuando denunció la operación de grupos armados para devastar los bosques y asaltar viajeros, autobuses y camiones sobre la carretera Huitzilac-Santa Martha, vía federal.
La tarde del pasado miércoles, Félix Alberto, acompañado de su chofer y tres patrullas acudió a las Lomas de Zempoala para grabar las actividades de medio centenar de personas con motosierras, hachas y camiones de alto tonelaje talando los árboles de oyamel y ocote, así como maderas finas.
La grabación la realizaba desde prudente distancia, ya que desde lo alto, el grupo armado vigilaba el lugar y al ver llegar el convoy comenzaron a dispararles, por lo que tuvieron que escapar hacia Huitzilac entre una lluvia de balas, que por fortuna a nadie lesionaron, y el edil no paró hasta que llegó a unas oficinas del “Mando Único” donde pidió ayuda, pero ni caso le hicieron.
Sin embargo, no tuvo otra alternativa que seguir su camino hacia Cuernavaca y luego doblar por Miacatlán hacia Palpan y salir a Chalma, para regresar a salvo a su municipio, apreciando que su camioneta Ford, tipo Scape, color negro y con placas mexiquenses, tenía roto el cristal trasero y presentaba otros dos orificios de bala.
Los hechos se dieron a las 15:00 horas en el kilómetro 16, a la altura del paraje “La Gorra del Guacho”, donde grabó las acumulaciones de troncos de árboles verdes y recién cortados que eran subidos a los camiones torton, observando que el lugar ha sido “rapado” entre límites de Morelos y su municipio.
El alcalde dijo ya estar cansado de pedir la presencia de militares o alguna autoridad que reprenda a los grupos criminales y de talabosques, pero nadie quiere intervenir y las caravanas de cargueros hacen fila para llevarse la madera a los aserraderos que abundan en la zona y luego obtener millonarias ganancias, pero los responsables mientras derriban los árboles, colocan retenes para asaltar a viajeros.