Concepto Social de la Discapacidad - Condición identitaria de la Discapacidad: Fenomenología

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Concepto Social de la Discapacidad - Condición identitaria de la Discapacidad: Fenomenología

El tema de la interseccionalidad en la discapacidad se comprende en el marco de la complejidad o mejor dicho desde la Teoría de la Complejidad. No es una información que esté dada solo para que nos la encontremos, la descubramos como si fuera un dato para ser detectado mediante algún protocolo prestablecido. No es un dato simple, reiteramos, sino complejo. Construido por el interés de entender mejor la realidad en su condición social. Para algunos autores se trata de datos subjetivos desde el punto de vista del autor o investigador.  Su producto no es una información que resulte evidente para todos.  Se requiere asumir o aceptar el enfoque de la teoría, en este caso, de la teoría de la complejidad. Asumir esta postura y argumentarla y hacer su defensa frente a otros puntos de vista. Lo que implica reconocer que el enfoque asumido no es el único, que hay pluralidad de teorías, y que todas son relativas. No hay datos absolutos y definitivos.

Lo anterior puede propiciar incertidumbre en los investigadores y en los consumidores de investigaciones de este corte. Además, que la información es provisional hasta que haya mayor y mejor información obtenida con nuevas metodologías y hasta con el desarrollo de la Teoría puesta a prueba en la búsqueda de la comprensión y transformación de la realidad.

En la entrega anterior, en la que abordamos el aspecto de la interseccionalidad de la población, o, mejor dicho, de las poblaciones con discapacidad, como es la cuestión de género, la interculturalidad de los pueblos originarios, los afromexicanos, migrantes, LGBTTTIQ+, etcétera. Diversifica la población de las diferentes discapacidades, que en sí mismo es una diversidad. Para empezar, las personas con doble o triple discapacidad, en realidad son de múltiples deficiencias orgánicas, pero es una sola discapacidad más compleja, porque las limitaciones son de una sola persona. Pero hay cuestiones que son muy significativas, en la vida social cotidiana, como es el nivel educativo, el de salud, empleo, casa propia, actividad deportiva, cultural, la recreación y el ocio. Sin mencionar nivel de ingresos económicos y los niveles adquisitivos. Los investigadores han encontrado que el nivel de estudios hace diferencia ampliamente significativa. Ya Lev S. Vygotski consideraba que puede haber más diferencia entre dos personas con ceguera que entre personas sin ella. Que se puede parecer más una persona ciega con otra que sí tiene la vista que con otra persona ciega.

Quizás, la característica principal de alguna persona con discapacidad no sea la discapacidad, podría ser que es indígena o que tiene una profesión o licenciatura en un campo del conocimiento o en una actividad especializada. Lo que nos podría llevar a otra forma adicional de recabar los datos demográficos, por ejemplo, el que de pueblos originarios se solicite además el de alguna discapacidad. Diferente al de encuestarlos desde la discapacidad como hace el ENADID de INEGI. En los que no sabemos que las personas con discapacidad que contabilizan son, a la vez, indígenas, o del grupo LGBTTIQ+. Sabemos la discapacidad, el sexo, la edad y el nivel educativo. Así como los que no cuentan con ningún servicio educativo. Que, por cierto, son más del 60%. Y de estos, sabemos cuántos son, pero no dónde están. Podríamos suponer que son poblaciones rurales e indígenas. Pero hay que cruzar los datos. O mejor, hacer la interseccionalidad desde la población rural, indígena y migrante. Ahí podría estar ese 60%, aproximado. Pero ¿Cuántos en cada sector marginado y su geografía?

Para complicar las cosas los datos que recaba la Secretaría de Educación Pública (SEP) de su matrícula, es la deficiencia orgánica, o sea, si tiene ceguera, debilidad visual, sordera, hipoacusia, problemas de motricidad, autismo, discapacidad intelectual, o lo que antes era deficiencia mental. Y el ENADID INEGI recaba el dato de la discapacidad, no de la deficiencia orgánica. Para cruzar estos datos, se requiere hacerlo por aproximación, no son datos exactos.

Pero hay otra consideración importante, la condición identitaria de la discapacidad. El ejemplo más claro es el de las personas Sordas (con mayúsculas) usuarias de Lengua de Señas Mexicana (LSM), por lo tanto, forma parte de la (o alguna) Comunidad Sorda, por ende, de una Cultura Sorda. Incluso, algunos de ellos prefieren ser considerados como un grupo originario con lengua propia y no el de las personas con discapacidad. Hay muchas consideraciones lingüísticas y culturales más que abonan a esta postura. No sería para toda la población con deficiencias auditivas, solo aquellos que forman parte de Comunidad con LSM. Es una posición de empoderamiento, también. Se comportan como sujetos políticos, como sujetos de derecho, no como objetos de derecho a los que hay que tutelar.

Otro grupo que tiene una condición identitaria son las personas con discapacidades motrices de una amplia gama. Son tantas y grandes las limitaciones estructurales que comparten, como es la movilidad urbana y la accesibilidad arquitectónica. Solo estas dos condiciones adversas requieren de un gran esfuerzo de organización, de contar con una estratégica actividad como sujetos políticos.

Otros grupos o sectores, como las personas con síndrome de Down. Más que como un rasgo de personas con discapacidad intelectual, como en grupo que tiene algunas necesidades específicas de salud, como son los aspectos cardíacos, dermatológicos, etcétera. Pero es mucho más tenue. Quizás, las familias con hijos con autismo sean otro grupo identitario.

En países como en España, las personas ciegas, desde hace mucho cuentan con un poder económico y político muy poderoso. Tienen la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) que tienen la Lotería Nacional con grandes ingresos. En México, se intentó que la Lotería Nacional se hiciera cargo de gastos importantes de las personas ciegas, pero no dejarles la administración completa de esta instancia de asistencia pública. Pero en México no se tiene, como sujetos políticos, la fuerza que tienen los ciegos españoles.

La gran mayoría de otros sectores con diferentes discapacidades, no tienen intereses que se basen en la condición identitaria de su discapacidad específica, o su identidad en función de sus deficiencias orgánicas. Prefieren protegerse bajo una identidad general de la discapacidad, indiferenciada y plural. No están fuertemente organizados y autónomos, son más quienes reclaman como objetos de derecho de derecho, tutelados, que como sujetos políticos de derechos.

Habrá que tener en cuenta para comprender esta complejidad una teoría que tome en cuenta esta condición identitaria para enfocar los datos y la información sobre las personas con discapacidad, su participación e interés identitario o no de su discapacidad.

 

¡Enhorabuena con las Teorías de la Complejidad en el campo del Concepto Social de la Discapacidad!

educacioninclusiva.egr@gmsil.com